Transformar la CNDH en Procuraduría de Pobres, propone su titular
La CNDH es un logro del pueblo de México, y el objetivo ahora es devolverla al pueblo, que le sirva para dejar atrás un modelo que privilegió la promoción y divulgación de los derechos humanos, pero descuidó lo esencial de su misión: su protección y defensa
A treinta años de la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, su titular, Rosario Piedra Ibarra, sostuvo que el modelo de operación de la CNDH se ha agotado; su fracaso es evidente y señalado por organismos nacionales y extranjeros, por lo que propuso avanzar en la transformación de este organismo autónomo en una auténtica Defensoría del Pueblo, y cumplir así con los principios de apertura, accesibilidad y transparencia que han de caracterizar esta nueva etapa.
La CNDH, recordó, es un logro del pueblo de México, y el objetivo ahora es devolverla al pueblo, que le sirva para dejar atrás un modelo que privilegió la promoción y divulgación de los derechos humanos, pero descuidó lo esencial de su misión: su protección y defensa.
Para comprender el alcance de la renovación de la CNDH que propuse desde el inicio de mi gestión y que estamos construyendo, se debe empezar por hablar de la naturaleza y características de las ‘instituciones protectoras de los derechos humanos’, llámense Comisiones, Ombudsman, Procuradurías de Defensa o Defensorías de los Derechos del Pueblo: ‘instituciones investidas de fuerza moral’, a quienes les corresponde la protección de los derechos humanos, a través de la emisión de recomendaciones.
Rosario Piedra sostuvo que otorgarle más facultades de calificación, desvirtuaría la naturaleza de una institución defensora de derechos humanos, por lo que su fuerza se reduce a la emisión de recomendaciones que además, afirman, no pueden ser vinculantes.
Para lograr la transformación de la CNDH, Piedra Ibarra se pronunció por reformar el artículo 102, apartado B, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), el cual establece que: El Congreso de la Unión y las legislaturas de las entidades federativas establecerán organismos de protección de los derechos humanos…, los que conocerán de quejas en contra de actos u omisiones de naturaleza administrativa provenientes de cualquier autoridad o servidor público… formularán recomendaciones públicas no vinculantes, denuncias y quejas ante las autoridades respectivas…
Nosotros, dijo, pensamos distinto. La defensa y protección de los derechos humanos tiene un antecedente propio y peculiar en nuestro país, que no se reduce a la observación y a la queja. Se trata de la Procuraduría de Pobres promovida por Ponciano Arriaga como diputado local en el estado de San Luis Potosí y expedida por el Congreso de ese estado el 5 de marzo de 1847, para defender a las clases sociales más vulnerables ante los abusos, excesos, agravios, vejación y maltratos cometidos por alguna autoridad, además de contar con facultades para denunciar y solicitar la reparación del daño que correspondiera.
La Procuraduría de Pobres, aunque de corta existencia en su tiempo (1847-1848), agregó, es la propuesta humanista con la que Ponciano Arriaga advertía que una clase de la sociedad era maltratada por sus autoridades, le persiguen, le estafa y le oprime, y no hay quien se ocupe de ellos, no hay quien se presente en su nombre a pedir reparación o a proteger sus derechos.
Una parte de la lucha, subrayó la titular de la CNDH, es lograr que las recomendaciones tengan carácter vinculante, que las autoridades las acaten y reparen el daño consecuencia de sus actos. Tener, sobre todo, dijo, mayor incidencia en las políticas públicas; y otra es reducir los gastos de la Comisión, optimizar los recursos, y centrarnos en lo que nos corresponde hacer: atender a las víctimas de violaciones de derechos humanos y a quienes están en riesgo de serlo, concluyó.
(Fotos CNDH)