Hendrix, a 50 años de su muerte

Por: Mauricio Flores

Su leyenda parece aumentar con los años. Ahora que se cumplen cincuenta de su inexplicable muerte, volvemos a su música, a su requinteo truncado y todo lo que de contraculturoso tuvo. Jimi Hendrix: un estado de ánimo musical como pocos.

Algo resulta claro al terminar de leer Empezar de cero, un libro que a decir de su editor Peter Neal, “ha sido escrito por Jimi Hendrix”: el yo que se proyecta en la totalidad de sus pasajes es justamente el del gran guitarrista norteamericano (considerado por muchos como el mejor de los tiempos modernos). ¿Cómo es posible que la mejor y más completa autobiografía del nacido en Seattle (1942) y muerto en Londres (1970) haya tardado tanto en aparecer en librerías? Como si desde ultratumba Hendrix haya dictado una a una las páginas de Starting at Zero: Jimi Hendrix´s Own Story.

Tal parece haber sido el designio del gran Jimi Hendrix. Arquitectura editorial también, habrá que anotar, del mismo Neal y de Alan Douglas quienes durante largos meses grabaron testimonio del biografiado con miras a realizar un filme. Ese material y otros más fueron posteriormente estructurados de manera narrativa para dar como resultado la obra en nuestras manos. La que de manera llana y sin mayores elaboraciones dan cuenta de la sensibilidad, el candor y hasta del humor del músico norteamericano.

Inserto en la trágica lista de los muertos a los 27 (junto a Brian Jones, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain y Amy Winehouse), Hendrix es quizás el personaje menos escandaloso de la misma. Perteneciente al movimiento musical que acompañaría durante años a otras manifestaciones culturales del cambio en el mundo, como el pacifismo y el hippismo, Jimi mantuvo una vida privada no fincada en el escándalo y en las pretensiones de trascendencia mediática. Lo que no impidió que tras su muerte y con el tiempo, se convirtiera en un icono “idolatrado por muchos e incomprendido por otros”.

“Me gusta ser diferente”, expresa muy a principios de este monólogo en voz alta que resulta Empezar de cero. Un Jimi que transitará una infancia y una adolescencia no alejadas de las de millones de norteamericanos, y quienes prontamente serían carne de cañón del belicismo gringo en Vietnam. Pacifista en esencia, lo que se comprobará posteriormente al participar en conciertos masivos en protesta de la presencia norteamericana en aquél país, Hendrix supo que “lo mejor” del ejército fueron los saltos en paracaídas. “Di como veinticinco. Fue lo más emocionante que había hecho hasta entonces”.

La música me pone a tope.

Tocar la guitarra: eso era lo más importante para el joven Hendrix. De ahí si dedicación al instrumento, y a la conformación de pequeñas bandas que rápidamente comienzan abrirse espacios de mayor trascendencia, producto de un virtuosismo en construcción, siempre en los tiempos de una juventud libertaria y protagónica.

“Toco y me muevo como me siento. No es una actuación, sino un estado —dice Hendrix—. Mi música, mi instrumento, mi sonido, mi cuerpo, todos están alineados con mi mente. Es como un contacto a gran altura entre la música y yo. La propia música es como un alto prolongado y rápido. Para algunas personas del público puede ser el sexo y el amor, pero a mí la música me pone a tope. Si creen que nuestro espectáculo es sexy, genial, y si sienten otra cosa, pues también bien. Si escuchando se sienten libres de hacer lo que creen que es mejor para ellos, ya hemos conseguido algo”.

“Siempre y cuando no seamos pasivos”, remata.

Quien busque los detalles de la carrera musical de Hendrix y sus diferentes bandas… Quien busque las noticias acerca del lanzamiento de sus discos y éxitos más sonados… Quien busque su proyección musical y artística a nivel mundial y no sólo en Norteamérica… encontrará en Empezar de cero muchas y buenas informaciones. Quien busque ese lado oscuro que sobre Hendrix la leyenda construyó en los años posteriores a su muerte —ciertamente accidental, prematura, trágica… igualmente. Aunque creo que ese morbo generado a partir de su muerte en el lejano septiembre de 1970 no se verá del todo satisfecho.

La voz del mismo aclarará las cosas.

“De una cosa estoy seguro, es un error clasificar todas las drogas bajo un mismo apartado. La hierba es completamente distinta de las drogas duras. Y fumar marihuana es mucho mejor que beber. De hecho, ha ayudado a mucha gente. Creo que fumar hierba se legalizará en cinco o diez años (…) Es cosa tuya si tomas drogas, del tipo que sean. No le debería importar a nadie. Las drogas son, en general, una experiencia sensacional y misteriosa”.

Algo más. Quien crea que Empezar de cero incluye la crónica de la supuesta apoteosis de cuando Hendrix tocó el himno de los Estados Unidos en el festival de Woodstock (agosto, 1969), algún desencanto se llevará. Puesto que, “por raro que parezca”, entonces “sólo quedaban quince mil personas cuando tocamos” (se habían juntado en las jornadas previas alrededor de 500 mil).

“Insistí en tocar luz solar, lo que implicaba esperar hasta el cuarto día, y para entonces, la mayoría de los asistentes ya se habían ido. No sé a qué vino todo ese lío con el himno nacional. Soy estadounidense, por eso lo toqué. Me obligaron a tocarlo en el colegio, así que fue como un flashback, y ya. Sólo lo toqué. A mí me pareció precioso, pero luego, bueno, ya ves…”.

        Jimi Hendrix, Empezar de cero, Sexto Piso, México, 240 pp.

@mauflos