Entre desconsuelo y caos, Argentina dice adiós a Maradona

Los enfrentamientos entre seguidores del ex futbolista y la policía se produjeron cuando las autoridades decidieron finalizar la despedida del 10, lo que enardeció a muchos de ellos, que vieron frustrada su posibilidad de decirle adiós a su ídolo. Al final, el gobierno dio marcha atrás y extendió tres horas más la despedida de Maradona

Hombres y mujeres lanzaron besos al aire, se persignaron, se golpearon el pecho con el puño y gritaron Vamos Diego. Otros lloraron amargamente frente a la Casa Rosada, situada en la histórica Plaza de Mayo, en el centro de Buenos Aires

Los familiares de Diego Armando Maradona se disponían a darle sepultura el jueves en un cementerio ubicado a las afueras de Buenos Aires luego de una agitada jornada de duelo en la que decenas de miles de personas se volcaron a las calles para mostrar su pesar por la muerte del mayor ídolo futbolístico de Argentina.

Claudia Villafañe y las dos hijas que tuvo con el ex jugador, Dalma y Gianinna, daban su último adiós a Maradona en el campo santo Jardín de Bella Vista, a unos 30 kilómetros de la capital argentina.

También estaba Verónica Ojeda —ex pareja de Maradona— junto al hijo de corta edad de ambos, Dieguito Fernando.

Miles de admiradores de El Pelusa se congregaron en las cercanías del cementerio donde el ex capitán de la selección argentina descansará junto a sus padres.

Otros muchos que ondeaban banderas argentinas se reunieron a los costados de la ruta por la cual circuló el coche fúnebre que trasladaba su cuerpo bajo fuertes medidas de seguridad.

Varios pudieron tocar emocionados el auto con los restos de la estrella del balompié cuando la caravana se detuvo unos minutos en medio del tráfico.

El velatorio del ex jugador transcurrió en la Casa Rosada del gobierno argentino en Buenos Aires, entre muestras de desconsuelo y los desmanes de fanáticos ofuscados por la imposibilidad de despedirse de su ídolo.

Las autoridades interrumpieron el acto al verse obligadas a retirar el féretro de una sala y llevarlo a una más segura.

Los enfrentamientos entre seguidores del ex futbolista y la policía se produjeron cuando las autoridades decidieron finalizar la despedida del 10, lo que enardeció a muchos de ellos, que vieron frustrada su posibilidad de decirle adiós a su ídolo. Al final, el gobierno dio marcha atrás y extendió tres horas más la despedida de Maradona.

Cuando parecían calmarse los ánimos, una avalancha de personas pugnó por acceder al edificio gubernamental y decenas lograron forzar una valla de seguridad para entrar. Se reportaron varios heridos y detenidos, pero las autoridades no precisaron cuántos.

Diego Armando Maradona quien se consagró campeón en el Mundial de 1986, falleció la víspera en su vivienda de las afueras de Buenos Aires, donde se había recluido para recuperarse de una operación de edema craneal el pasado 3 de noviembre. Había cumplido los 60 años hace apenas un mes.

A lo largo del velatorio desconsolados visitantes arrojaron flores y camisetas de fútbol de diferentes clubes por encima del largo parapeto que los separaba del ataúd cubierto por una bandera argentina.

Una de las camisetas que se desplegaba sobre el féretro con los restos de Maradona era la de Boca —el club de sus amores— la cual llevaba inscritos su nombre y el número 10.

Hombres y mujeres lanzaron besos al aire, se persignaron, se golpearon el pecho con el puño y gritaron Vamos Diego. Otros lloraron amargamente frente a la Casa Rosada, situada en la histórica Plaza de Mayo, en el centro de Buenos Aires.

El presidente argentino, Alberto Fernández, colocó sobre el ataúd una camiseta del club Argentinos Juniors, el primero donde Maradona brilló como futbolista.

También desplegó dos pañuelos pertenecientes a la organización Madres de Plaza de Mayo, usados por las líderes de derechos humanos para cubrirse la cabeza durante sus rondas en reclamo de la aparición de sus seres queridos desaparecidos durante la última dictadura militar (1976-1983).

El ex futbolista era muy cercano a las Madres y otras dirigentes humanitarias como las Abuelas de Plaza de Mayo.

Su deceso dejó a sus compatriotas desconcertados por la pérdida de una figura a la que consideraban imbatible, pese a sus numerosos tropiezos de salud.

Los argentinos admiran profundamente el genio futbolístico de Maradona, así como su personalidad carismática y arrolladora que mostró tanto en su faceta deportiva como en la personal, lo cual hizo que muchos fueran indulgentes con su abuso de las drogas y otros excesos.

El velatorio comenzó de madrugada con una ceremonia íntima para familiares, antes de permitir el acceso del público.

También despidieron a Maradona sus compañeros de la selección campeona de México 1986, figuras del fútbol argentino como Carlos Tevez, capitán de Boca, y ex ídolos del eterno rival River Plate como el uruguayo Enzo Francescoli.

El presidente Fernández dispuso tres días de duelo nacional.

La autopsia al cuerpo determinó que la causa de la muerte fue una insuficiencia cardíaca aguda en un paciente con una miocardiopatía dilatada, insuficiencia cardíaca congestiva crónica que generó edema agudo de pulmón.

El ex astro fue operado del edema tras haber sido internado en otra clínica por una descompensación provocada por la ingesta de psicofármacos y bebidas alcohólicas. Ese último problema de salud en su agitada vida fue foco de atención permanente en Argentina y en otras partes del mundo.

El también ex jugador del Barcelona de España sufrió distintos problemas a lo largo de su vida derivados en gran parte de su adicción a las drogas, especialmente a la cocaína. Tras su retiro, estuvo al borde de la muerte en 2000 y 2004.

(Fuente AP/Fotos Twitter)