Buena prosa, mucha imaginación y los sentidos bien abiertos a las pulsiones personales y colectivas, hacen de cada novela del español Antonio Muñoz Molina (1956) un disfrute inequívoco y la reafirmación del hecho literario como algo indispensable aun en nuestros días.
En Tus pasos en la escalera, su nuevo título, Muñoz Molina se adentra en los miedos y los recuerdos de Bruno, el personaje central y narrador quien recién arraigado en la ciudad de Lisboa espera la llegada de su esposa, Cecilia, una académica que anda por el mundo de congreso en congreso.
Ambos, Bruno y Cecilia, acaban de dejar Nueva York, ese lugar donde “todo el mundo habla y actúa interpretando su propia vida”, sin superar el trauma que significó el 11 de septiembre de 2001, “aquella mañana que parecía que se acababa el mundo”. Un acontecimiento que permanece en la memoria, y que al invocarlo el narrador se vincula con el porvenir.
A las preocupaciones inmediatas de este solitario de nuestros tiempos, un jubilado acostumbrado a esperar a su mujer, se sumará la angustia por el galopante deterioro del planeta mismo, huracanes e incendios “que ahora tienen nombre”. Cómo soslayar cifras del tipo de “diecisiete de los dieciocho años más cálidos son posteriores al 2001”, mientras un tal Trump tuitea que la oleada de incendios es por culpa de las leyes de protección del medio ambiente.
En esa misma soledad en la que “todo lo que se ve es un espejismo”, Bruno reconocerá las virtudes de un único acompañante, su perra Luira, que desde su animalidad parece ser consciente del tiempo. “No he visto a nadie esperar con tanta intensidad, con esa misma concentración absoluta, roda ella volcada en el acto de la espera, en la aproximación lenta, en la plenitud de la llegada”.
Conforme avanza la trama de Tus pasos en la escalera, todo casi dispuesto ya para el arribo de Cecilia, una serie de misterios rodearán al personaje-narrador. Un empleado que le auxilia en los trabajos de la nueva vivienda, una asistenta que hace trabajos de limpieza y la aparición de Ana Paula, “se llamaba…, se llama…”, personaje entre realidad y mentira.
“No hablamos de lo que somos sino de lo que deseamos o de lo que estamos inventando o al menos corrigiendo mientras lo contamos, adaptándolo a este momento preciso, sin mañana ni ayer, puro ahora sobrevenido, tanteado”.
Entrecomillado que bien definiría la novelística de Muñoz Molina (merecedora de los más prestigiosos premios para las letras hispanoamericanas) siempre habitada de memoria y miedo.
Antonio Muñoz Molina, Tus pasos en la escalera, Seix Barral, México, 2020, 318 pp..