“Si hay relevo”, dice AMLO al hablar de su sucesor en el Gobierno de México

“Es de la generación que sigue, no sé si me explico. O sea, yo tengo 67, de 50 para arriba, incluso hay mujeres y hombres. Se van a enojar los adversarios, pero la verdad, la verdad, sí hay relevo de este lado, ellos tienen problema, nosotros no, es un abanico”, afirma

Por: Valentín Alemán Santillán

Esta mañana, casi al finalizar su conferencia en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador habló de su relevo en el Gobierno de México: es de la generación que sigue, no sé si me explico. O sea, yo tengo 67, de 50 para arriba, incluso hay mujeres y hombres. Se van a enojar los adversarios, pero la verdad, la verdad, sí hay relevo de este lado, ellos tienen problema, nosotros no, es un abanico.

Antes, al recordar que ‘A la patria se le sirve, no se le cobra’ -como le dijo Vicente Riva Palacio al presidente Benito Juárez al anunciarle su retiro-, Andrés Manuel se manifestó satisfecho con lo hasta ahora logrado en su mandato.

Ya puedo decir: arriba no hay corrupción, aunque les dé coraje a los ‘conservas’. Ya se acabó porque el Presidente no es corrupto y no tolera la corrupción, advirtió en el Salón Tesorería de Palacio Nacional.

Y abajo, acotó, la corrupción se está limpiando como se barren las escaleras, de arriba abajo, eso es lo fundamental.

Si arriba hay corrupción pues no se puede resolver nunca el problema, porque es mentira que el Presidente no sepa o no esté enterado. El Presidente se entera de todo, puede ser que algunas cosas se oculten, pero pronto se sabe.

Me llevó tiempo en saber cómo estaba lo de los reclusorios, pero al final me enteré y no me quedé callado. Me enteré de que se tenían contratados ocho reclusorios y que se pagaban 16 mil millones de pesos al año

Me enteré del contrato o de los contratos de los gasoductos, me enteré de los contratos de Odebrecht, me enteré de la compra de la planta de fertilizantes, me enteré del negocio de la industria eléctrica, de las empresas extranjeras que venden la luz a precios elevadísimos con la bandera de energías limpias no contaminantes, y todo eso se ha ido ordenando. Me enteré de que en 36 años no aumentó el salario mínimo; al contrario, en 36 años el salario mínimo perdió poder adquisitivo.

Y no sólo me entero, sino que tomamos decisiones. Me enteré de que las comisiones de las Afores eran de las más altas del mundo y ya son de las más bajas, en beneficio de los trabajadores.

Ahí vamos avanzando poco a poco, manifestó López Obrador al asegurar que esto no ha sido sencillo, debido al proceso de descomposición que se fue fraguando al calor del mal gobierno, de la corrupción, de la pérdida de valores.

El gobierno -más claro ni el agua- el gobierno estaba organizado para robar, no para servir al pueblo, ya el gobierno era un comité al servicio de traficantes de influencia, de una minoría rapaz. No era un gobierno del pueblo, para el pueblo, no les importaba el pueblo, eran negocios, decían ellos: ‘Bisnes, qué le vendo al gobierno, qué negocios hago con el gobierno.

Tengo una palanca con un hijo de un alto funcionario y puedo vender papel o puedo vender cámaras de vigilancia, o puedo vender patrullas, ambulancias, o puedo construir un reclusorio y lo rento al gobierno, o puedo perforar un pozo petrolero y extraer crudo y quedarme con una utilidad, ¿por qué?, porque ahora ya hay una reforma para que haya utilidad compartida, es decir que lo que es la nación se comparta, pero no con el pueblo, sino con particulares.’ Entonces, así estaba todo.

Precisó que para revertir el proceso de descomposición -que más que una crisis es una decadencia-, se requiere de mujeres y hombres con convicción, con principios, con ideales, que quieran servir, porque en la concepción antigua, sobre todo durante el periodo neoliberal lo que se buscaba era el dinero, lo material, era ocupar un cargo para enriquecerse, para hacerse grande con la riqueza mal habida, poder por poder o dinero.

O sea ‘soy diputado, soy presidente, soy gobernador’, actuar con prepotencia, hasta cambiaban la forma de vestirse, de caminar, de hablar, empezaban a hablar físico, algunos hasta se iban a escuelas para cursos de dicción, para que no se comieran las ‘s’ o las dijeran de más.

Esa era la forma ¿no?, el cargar el portafolio del jefe, ¿qué horas son?, ‘las que usted quiera que sean, señor’, la lambisconería, esa era la política; y el robo, les crecían de inmediato las uñas, así fue, ‘aprovecha ahorita que tienes la oportunidad, no seas tonto’.

La Cuarta Transformación de México, insistió López Obrador, necesita gente con convicción, que les importe que la gente, que les interese la nación, que le tengan amor al pueblo. Y es un proceso, vamos hacia allá. 

Yo estoy satisfecho porque ya hay relevo generacional. Si el pueblo lo decide y el Creador lo permite, yo estoy hasta el 24 y me jubilo, ahí sí a Palenque. Pero jubilar es no volver a participar en nada, no opinar.

Estoy haciendo ya un trabajo, me estoy preparando sicológicamente para eso, ya tomé la decisión que, para alejarme por completo, voy a escribir, tengo un libro que quiero hacer, pendiente, sobre el pensamiento conservador en México.

Entonces, me alejo por completo y ese libro me va a llevar como tres años, entonces ahí voy a estar ocupado. Creo que voy a tener mi pensión, porque ya voy a completar más de 20 años de servicio. Entonces, voy a dedicarme a eso, a escribir.

Con todo respeto y cariño, no voy a estar recibiendo a nadie que tenga que ver con la política, ya no voy a meterme en nada, concluyó sin revelar nombres de su sucesor y ante la presencia del canciller Marcelo Ebrard Casaubon y el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela.

(Fotos lopezobrador.org.mx)