Bolivianos protestan en las calles por encarcelamiento de ex presidenta Áñez
El presidente de Bolivia, Luis Arce, reaparece con un mensaje sobre la economía y sin aludir al conflicto ni a las masivas protestas contra su gobierno en varias ciudades del país: “La derecha busca desinformar con mentiras. Este año hemos programado una inversión pública de 4.000 millones de dólares”, publica en Twitter
Tras un silencio de tres días en plena tormenta política por la detención de la ex presidenta Jeanine Áñez, el mandatario boliviano, Luis Arce, reapareció este martes con un mensaje sobre la economía y sin aludir al conflicto ni a las masivas protestas contra su gobierno en varias ciudades del país.
La derecha busca desinformar con mentiras. Este año hemos programado una inversión pública de 4.000 millones de dólares, publicó en Twitter.
Las marchas del lunes en la noche en varias ciudades -entre ellas La Paz y Santa Cruz- recordaron las masivas protestas opositoras tras las elecciones de octubre de 2019 denunciadas como fraudulentas. El estallido social dejó 36 muertos y obligó a renunciar al entonces presidente Evo Morales tras 14 años en el poder.
Comités cívicos de varias regiones anunciaron una reunión el martes para definir y coordinar nuevas protestas. A su vez, el ministro de Justicia, Iván Lima, dijo que las manifestaciones opositoras no detendrán la decisión del gobierno de hacer justicia. No es ninguna venganza. Ellos (opositores) piden debido proceso y eso garantiza el gobierno, dijo al diario La Razón.
La ex presidenta y dos de sus ex ministros se encuentran en prisión preventiva mientas avanza la investigación de la Fiscalía que los acusa de sedición, terrorismo y conspiración. La policía busca a otros ex colaboradores de Áñez. Dos ex jefes militares también han sido detenidos.
Las marchas opositoras rechazaron que en 2019 haya habido un golpe de Estado como alegan los dirigentes del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) y el propio presidente Arce y señalaron que las protestas fueron contra el fraude.
Las detenciones han vuelto a poner en tela de juicio la falta de independencia de la justicia boliviana y han suscitado críticas internacionales entre ellas de las Naciones Unidas, la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA), que han pedido respeto al debido proceso.
La nueva guillotina es la justicia. Estamos viendo el retorno de las revanchas, dijo a radio Fides el abogado y analista político Gonzalo Mendieta.
También en el gobierno de Áñez hubo juicios contra Morales y varios de sus colaboradores. La Fiscalía ha descartado por falta de pruebas varias demandas contra el ex mandatario, entre ellas una por fraude y otra por sedición y terrorismo.
Los opositores culpan a la línea dura del MAS de la arremetida judicial, dijo el dirigente Erick Fajardo.
A las repercusiones se sumó el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien dijo que las detenciones le parecen un completo disparate. Esperamos que Bolivia atenga el Estado de derecho y la convivencia democrática, dijo durante la Cumbre del Prosur.
De los 36 muertos en más de un mes de protestas callejeras entre bandos contrarios en 2019, hubo 19 fallecidos en dos masacres contra seguidores de Morales. Los familiares de las víctimas reclaman justicia.
El presidente Arce, de 57 años, fue ministro de Economía durante los gobiernos de Morales (2006-2019) y su buena gestión posibilitó su victoria electoral en octubre del año pasado con una amplia mayoría.
Pero luego de cuatro meses de mandato se han multiplicado los reclamos de varios sectores para reactivar la economía y agilizar la vacunación contra el coronavirus.
Hasta ahora en Bolivia se han registrado unos 260 mil casos del virus SARS-CoV-2 y 12 mil decesos, según el gobierno.
La situación se presenta en un momento complicado para Arce tras un retroceso del MAS en las elecciones de gobernadores y alcaldes de la semana pasada.
Según el cómputo oficial de los comicios, dado a conocer la víspera por el Tribunal Supremo Electoral, la oposición ganó ocho de las 10 alcaldías en las ciudades más grandes. El MAS obtuvo dos alcaldías y tres gobernaciones de nueve. La oposición consiguió dos gobernaciones y en cuatro habrá una segunda una vuelta el 11 de abril.
El MAS obtuvo menos votos que en los comicios presidenciales de octubre y aunque sigue siendo el partido más fuerte y con presencia nacional, controlará menos alcaldías y gobernaciones, lo que podría complicar la gobernabilidad de Luis Arce, dijo el analista y escritor José Rafael Vilar.
(Fuente Agencias/Fotos Twitter)