Paz y reconciliación, mensaje del nuncio Franco Coppola en Aguililla, Michoacán
“No están solos. Estas calles que han sido tomadas por la violencia, han sido recorridas por el pueblo que con alegría sigue a Cristo. El pueblo no está aplastado, claro, duramente golpeado, pero no aplastado”, afirma el representante del papa Francisco en su Misa por la Paz
Redacción Círculo Rojo
Con un mensaje de paz y reconciliación, el nuncio apostólico Franco Coppola llegó este viernes al municipio de Aguililla en Michoacán, territorio que en estos últimos días se ha visto escenario de asesinatos y violentas disputas entre cárteles e incluso de ataques con drones cargados de explosivos contra la policía y elementos del ejército mexicano.
En la cancha de basquetbol, habilitada como templo, el representante del Papa en México, ofició una Misa por la Paz en solidaridad con los habitantes del poblado que literalmente viven aislados del mundo exterior porque los grupos criminales han destruido caminos y cerrado carreteras: no están solos, les dijo.
Luego, en procesión con los pobladores acompañados con una imagen de Cristo, el nuncio recorrió a pie calles de Aguililla hasta el lugar donde fueron abandonados en meses recientes docenas de cadáveres, algunos de ellos decapitados.
Estas calles que han sido tomadas por la violencia, han sido recorridas por el pueblo que con alegría sigue a Cristo. El pueblo no está aplastado, claro, duramente golpeado, pero no aplastado, declaró Coppola.
Encontré lo mejor que podía esperar, afirmó el nuncio en referencia a su visita en la que se desplazó por peligrosos caminos que hasta hace días estuvieron bloqueados por trincheras improvisadas y vehículos secuestrados. Lo mejor que yo podía esperar, porque sé que este pueblo no ha sido abandonado, comentó.
Debido a que sus comunidades han quedado en medio de la lucha entre cárteles por el control de territorios, miles de habitantes han huido de sus poblados en Michoacán y el estado vecino de Guerrero.
El obispo Cristóbal Ascencio García, cuya diócesis en Apatzingán abarca Aguililla, oró por la conversión de los integrantes de los cárteles que han vuelto imposible la vida normal en la localidad.
Vivamos con fe esta eucaristía, pidiendo a Dios el don de la paz y el don de la conversión para todos nosotros, y el don de la conversión para nuestros hermanos que vienen aquí y que andan en caminos equivocados, mis hermanos que transitan en el crimen organizado, señaló el obispo.
Dios lo bendiga, señor está presente, se ve se siente, Monseñor está presente. Se siente algo muy bonito tener aquí al monseñor. Está bendita, estoy emocionada porque lo saludamos, gritaban agradecidos por la visita del apostólico Franco Coppola, habitantes de Apatzingán, Michoacán.
Dios lo bendiga, señor está presente, se ve se siente, Monseñor está presente. Se siente algo muy bonito tener aquí al monseñor. Está bendita, estoy emocionada porque lo saludamos, se escuchaba al paso de la camioneta que transportaba al representante del Papa que arribó desde la tarde del jueves a la ciudad de Apatzingán, y la mañana de este viernes se trasladó a Aguililla, pero antes paso por la comunidad del Aguaje, en donde varias familias le expresaron que de sus 2 mil habitantes, ya sólo quedan 300.
El Cártel Jalisco Nueva Generación, la Nueva Familia Michoacana, aliada de Los Viagra o Cárteles Unidos, son los grupos criminales que se disputan la posesión de Aguililla, punto importante en las rutas del narcotráfico por su cercanía al mar y sus minas de hierro.
(Fotos Twitter)