Poniatowska: maestra de letras, del diálogo humano y voz de los relegados

En sus libros es posible ver el modernismo como un enfrentamiento de visiones, un mundo lleno de dilemas, de grises, crueldad y belleza. Nosotros los lectores, parados en la cima de tu obra, querida Elena; como comunidad e individuos, veremos mejor y entenderemos más de la realidad mexicana, latinoamericana y mundial, afirma Katarzyna Dembicz, académica de la Universidad de Varsovia durante el homenaje a distancia a la escritora y periodista

Redacción Círculo Rojo

Oír relatos de vida es lo mejor para un escritor y para un periodista, afirmó Elena Poniatowska al recibir un reconocimiento por parte de la Universidad de Varsovia a su talento, imaginación y porque ha sido una voz de las mujeres, de los marginados, de los desposeídos y una voz en la defensa de los derechos humanos.

Es la primera vez que se homenajea a la más grande escritora mexicana, periodista y cronista, en Polonia, tierra de sus antepasados, subrayó Urszula Ługowska, directora del Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos de la Universidad de Varsovia, al calificar como un día especial para las relaciones entre México y Polonia.

Dos países siempre amigos, de riquísimas culturas y tradiciones, unidos por fuertes lazos de cooperación científica, intelectual, cultural y económica. “Es un día de júbilo para la Universidad de Varsovia, para esta ciudad, para la comunidad polaca y mexicana, para todos los latinoamericanistas e hispanistas polacos, y para los lectores que leemos y lo seguiremos haciendo a pesar de todas las circunstancias, buenos libros, artículos y literatura, comentó.

Maestra de letras

Katarzyna Dembicz, académica de la Universidad de Varsovia, destacó que Poniatowska, la maestra de las letras y su obra son producto del diálogo intercultural, que busca desarrollar una comprensión profunda para aumentar la libertad, la capacidad de tomar decisiones, fomentar la igualdad y mejorar los procesos creativos.

En sus cuentos y reportajes están incluidos estos elementos y también destaca el diálogo humano, así como su pensamiento profundamente feminista. La sensibilidad de Elena se balancea entre la multiculturalidad, pasión de vida y el diálogo que tiene su explicación no sólo en ser mujer, también por llevar una vida entre culturas y continentes.

Sus obras, agregó Dembicz, permiten el encuentro con la cultura y la historia mexicana, abarcan la lucha por la justicia y dan voz a los más vulnerables. Ejemplo de ello es su libro Nada, nadie. Las voces del temblor, en el que recoge testimonios de los sismos de 1985. Elena es considerada la cronista de México.

En sus libros es posible ver el modernismo como un enfrentamiento de visiones, un mundo lleno de dilemas, de grises,  crueldad y belleza. Nosotros los lectores, parados en la cima de tu obra, querida Elena; como comunidad e individuos, veremos mejor y entenderemos más de la realidad mexicana, latinoamericana y mundial, expresó.

En tanto, el rector de la Universidad de Varsovia, Alojzy Z. Nowak, precisó que la medalla es un reconocimiento a sus logros como escritora, pero también a su sabiduría, que demuestra tanto en sus obras, como en su día a día. Es un reconocimiento a su influencia en el desarrollo social, en la educación de los jóvenes y en todo lo que en la vida es más importante: los valores humanos. La medalla, afirmó, se entrega a personas selectas.

Elena Poniatowska se dedica a lo más importante, lo más bello: a las humanidades; aborda la suerte de seres humanos, de la mujer mexicana y de todos aquellos que, por distintas razones, sin tener culpa, viven en condiciones de desventaja frente a otros, agregó el catedrático.

A pesar de haber nacido francesa, me volví mexicana de corazón

A su vez, el embajador de México en Polonia, Alejandro Negrín Muñoz, comentó que en las Jornadas de Homenaje a la escritora, organizadas por la Universidad de Varsovia, se habló de su incansable trabajo periodístico, su talento, imaginación y que ha sido una voz de las mujeres, de los marginados, de los desposeídos y una voz en la defensa de los derechos humanos.

Al participar en el homenaje a distancia y entrega de una medalla que la Universidad de Varsovia otorgó a la escritora y honoris causa por  la UNAM, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue Wiechers, afirmó que Elena Poniatowska es una mujer universal con una labor sobresaliente en la literatura y también por la libertad de su expresión, por su honestidad moral; por siempre abanderar las justas causas sociales y dar voz a quienes nuestra historia les ha relegado.

Muchas felicidades por este reconocimiento y por una enorme trayectoria, con la que has entrado en la existencia de millones de lectores y admiradores en México, Polonia y alrededor del mundo.  Para la comunidad universitaria y para el pueblo de México basta con decir Elenita, para saber que hablamos de Elena Poniatowska.

Mexicana de corazón

Luego de agradecer el galardón otorgado por la Universidad de Varsovia, Elena Poniatowska, destacó que desde 1953, además de crónicas y entrevistas, ha escrito novelas y cuentos.

A pesar de haber nacido francesa, me volví mexicana de corazón y es a México a quien le debo todo lo que soy, mis hijos, mi vocación, mi amor y mi futura muerte. La escritura es para mí, al lado de mis hijos, la primera razón de vida.

Poniatowska recordó que México abrazó a refugiados de guerra en 1939, los republicanos españoles, y más tarde a los polacos, hombres, mujeres y niños, a quienes la ciudad de León, Guanajuato, abrió sus puertas en 1943; en la Hacienda Santa Rosa vivieron mil 453 polacos víctimas de bombardeos.

Esa ciudad guanajuatense dio a jóvenes y personas de mediana edad la posibilidad de olvidar los tormentos de la guerra. Entre los recién llegados, varios montaron una granja y se instalaron talleres; vinieron muchos hombres y mujeres capaces de ganarse la vida. En 2013 fui a Santa Rosa para participar en un homenaje de agradecimiento que los polacos rindieron a México, en el 70 aniversario de la llegada de esos refugiados de la Segunda Guerra Mundial, refirió la escritora.

La doctora honoris causa por la UNAM recalcó que han sido numerosos los polacos notables en México, entre ellos Eva María Zuk, Fanny Rabel o Marek Keller, dedicados a diferentes profesiones. Ellos le han entregado a nuestro país los mejores años de su vida y demuestran con su creatividad que esta nación hizo bien en abrirles los brazos y recibirlos.

Para un escritor y para un periodista, nada hay mejor que oír relatos de vida desde muy joven. Desde el momento en que entré como reportera al periódico Excélsior escuché a los presos en el ‘Palacio Negro’ de Lecumberri y a sus familiares, todos ellos muy pobres, recordó La Poni, Elena Poniatowska.

(Fotos UNAM)