Por: Mauricio Flores *
Abstemio, desengañado, nostálgico, irónico, crítico y procesado por el régimen norteamericano…, así es el Dashiell Hammett que ofrece en esta sugestiva novela, cargada de miradas a la experiencia literaria, El último Hammett, el escritor argentino Juan Sasturain (1945). Ficción policial, ¿cómo no serlo al rendir tributo al célebre autor de Cosecha roja y El halcón maltés?, donde lo acompañaremos en unos intrincados hechos y vueltas a su reconocida obra, fundamento de un género siempre vivo. Canon que inventado en la segunda mitad del siglo diecinueve tiene ahora tantas vertientes como grandes ejercitantes. A Hammett se le inscribe en el hard-boiled y esta rendición de cuentas puede caber también ahí.
En un poblado cerca de Nueva York, cuenta El último Hammett, el novelista norteamericano, también conocido mundialmente por ser uno de los perseguidos por el macartismo, se resguarda de éxitos y fracasos pasados. No es ya el hombre de éxito ni el derrotado de la guerra en las islas Aleutianas. Tampoco el amante activo, puesto que se pareja se encuentra en el lejano París y apenas se cartea con ella. Espacio en el que Sasturain construirá una trama donde aparecen textos inacabados, personajes y hasta nostalgias del mismo Hammett a ritmo de complicaciones y cabos sueltos que terminarán lazándose con las buenas hechuras literarias del argentino (desde hace unos días al frente de la Biblioteca Nacional de Argentina).
Puede ser El último Hammett una novela meta-literaria, pero no se contraríe el lector, y es que se lee, sí, como una exaltación del genio hammettiano, pero igualmente como una entretenidísima aventura donde “el hombre flaco” tiene que relacionarse con actores de bien bosquejado perfil donde no falta un misterioso argentino. Es, parodiando a partir de lo leído a la mitad de sus más de 500 páginas, “como si estuviéramos dentro de un viejo relato de Hammett”.
Melancólico por todos sus flancos, en especial por el originado a partir de su decisión de no beber más, “la nostalgia, no la necesidad, de la satisfacción de beber”, el Hammett de Sasturain dará cátedra del significado de la literatura. “Cuando escribes quieres todo: fama, fortuna, satisfacción personal. Quieres escribir lo que quieres escribir y quieres saber que lo que haces es bueno y que puedes vender miles de ejemplares y que todos aquellos cuya opinión vale de algo consideren que tu obra es buena, y quieres que todo siga así durante cien años”. Tal el reto de la literatura y en especial de la novela. Las de Hammett, la de Sasturain… “Es casi seguro que no eres capaz de obtener todas esas cosas y tampoco puedes dejar de escribir ni suicidarte por no hacerlo, pero ése es (y debe ser) tu objetivo. Cualquier otra actitud es una trivialidad”.
Juan Sasturain, El último Hammett, FCE, México, 2020, 526 pp.
* @mauflos