70% de los niños de 10 años en países en desarrollo no sabe leer correctamente ni cumplen reglas básicas de aritmética
La pandemia ha tenido un efecto devastador en la educación, dejando al descubierto una crisis en el sector que ya adolecía antes del brote del coronavirus. La agencia de la ONU para la infancia pide una transformación del sistema educativo, tras las diversas constataciones de que el actual está fallando a millones de personas
El cierre de las escuelas tiene un profundo impacto en los niños; además de la pérdida de aprendizaje, afecta sus necesidades psicosociales, de salud, físicas y nutricionales. Ya no tienen acceso a los almuerzos, ni a otros tipos de ayuda que recibían en la escuela. Hasta el momento, los datos indican que la educación presencial no parece ser la principal causa de la transmisión comunitaria de la Covid-19, y las medidas de mitigación del riesgo en las escuelas han demostrado ser muy eficaces.
Así lo afirmó Robert Jenkins, director de educación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), al destacar que actualmente se estima que el 70% de los niños de 10 años en países de ingresos bajos y medios, no sabe leer correctamente ni cumple los requisitos mínimos de aritmética básica.
Entrevistado por ONU Noticias, en el marco del Día Internacional de la Educación, que se conmemora este 24 de enero, Jenkins manifestó, se dijo preocupado por algunos de los efectos de la pandemia en los estudiantes de todo el mundo.
Robert Jenkins: Es importante recordar que todavía nos encontramos en mitad de una crisis en cuanto a los cierres totales y parciales de escuelas. Más de 635 millones de estudiantes se ven afectados aún por uno u otro de estos tipos de cierres en este momento, por lo que de ninguna manera podemos dar por cerrado el debate sobre la importancia de la reapertura de las escuelas.
Estamos muy preocupados, a medida que se obtienen más y más datos, por el impacto desproporcionado que el cierre de escuelas ha tenido, en términos de pérdida de aprendizaje, en los niños marginados.
Antes de la pandemia, el 53% de los niños de 10 años que vivían en países de ingresos bajos y medios no leían suficiente o no lo hacían de forma eficaz, y no cumplían los requisitos mínimos de alfabetización y aritmética básica. Se estima que esta cifra puede alcanzar el 70%.
Es decir, el 70% de los niños de 10 años no son capaces de leer o comprender un texto sencillo, y los niños que viven en países con resultados negativos de aprendizaje antes de la pandemia suelen ser también los que mantienen sus escuelas cerradas durante más tiempo.
Asimismo, los niños desfavorecidos disponían de menor acceso al aprendizaje a distancia, ya que tenían menos probabilidades de vivir en zonas en la que se ofreciera este tipo de aprendizaje; o no tenían acceso a un dispositivo, o a la radio o televisión.
Noticias ONU: ¿Qué les dice a los padres y profesores que temen que las escuelas sean un caldo de cultivo para la Covid-19?
Robert Jenkins: El cierre de las escuelas tiene un profundo impacto en los niños. Como he mencionado, está la pérdida de aprendizaje, pero además otros aspectos, en lo que se refiere a sus necesidades psicosociales, de salud, físicas y nutricionales. Ya no tienen acceso a los almuerzos, ni a otros tipos de ayuda que recibían en la escuela.
Hasta el momento, los datos indican que la educación presencial no parece ser la principal causa de la transmisión comunitaria de la Covid-19, y las medidas de mitigación del riesgo en las escuelas han demostrado ser muy eficaces.
Entre las buenas iniciativas figuran la mejora de la ventilación, el fomento de la separación física, del distanciamiento social, del uso de mascarillas en determinados contextos y del lavado de manos. Las medidas de mitigación del riesgo funcionan, y en muchos casos demuestran que, de hecho, las escuelas son los lugares más seguros para los niños.
Lo fundamental es el compromiso. Debe haber una buena comunicación con los padres. Es necesario que haya un diálogo y que se compartan evidencias. Los maestros deben recibir apoyo para poder reabrir y ayudar de manera fructífera a los niños y aplicar medidas eficaces de atenuación de los riesgos en las escuelas.
Noticias ONU: Muchas de las cuestiones que ha mencionado, como la marginación de los niños desfavorecidos y la desigualdad, ya existían antes de la pandemia, que ha exacerbado muchos de estos problemas. Algunos expertos en educación piensan que se podría aprovechar esta crisis para mejorar sustancialmente el sistema educativo en todo el mundo. ¿Cree usted que es realista?
Robert Jenkins: He visto algunos ejemplos alentadores de países que están introduciendo cambios innovadores en el sistema educativo. Sierra Leona es un buen ejemplo. Pero hay muchos otros países que adoptaron enfoques de aprendizaje híbrido y digital, con apoyo para los niños desprotegidos durante el cierre de las escuelas.
Desafortunadamente, estos ejemplos de transformación y cambios a gran escala —que ya eran necesarios antes de la crisis— no se producen en todas partes. Estaríamos perdiendo una gran oportunidad si las escuelas reabrieran y volviéramos al mismo punto en el que nos encontrábamos hace dos años, pero con los niños aún más rezagados en su educación.
Noticias ONU: ¿Cuál es su mensaje para los gobiernos y los ministros de sanidad en el Día Internacional de la Educación de este año?
Robert Jenkins: La importancia de dar prioridad a la reapertura de las escuelas, para que los niños desfavorecidos puedan retomar su camino del aprendizaje. Aprovechemos este momento para transformar y abordar problemas educativos que ya arrastramos desde hace tiempo.