Consultorios de farmacias, “un gran engaño en atención médica”: López-Gatell
“La idea básica con la que estos consultorios empezaron a hacer fama y después a tener una clientela importante fue que tienen una resolución inmediata que aparentemente soluciona problemas de salud, porque simplemente hay que pararse en el consultorio, no se necesita hacer cita y se le atiende”, refiriere el doctor López-Gatell al recordar que en los últimos ocho años, diez años, este tipo de locales se empezaron a establecer como unidades de atención médica
Redacción Círculo Rojo
Los consultorios adyacentes a las farmacias, que parecía una formula genial para la atención médica inmediata, se convirtió en un gran engaño en materia de salud, afirmó este martes el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez.
La idea básica con la que estos consultorios empezaron a hacer fama y después a tener una clientela importante fue que tienen una resolución inmediata que aparentemente soluciona problemas de salud, porque simplemente hay que pararse en el consultorio, no se necesita hacer cita y se le atiende, refirió al recordar que en los últimos ocho años, diez años, este tipo de locales se empezaron a establecer como unidades de atención médica.
Sin embargo, no resuelven problemas mayores de salud y sí, por el contrario, podrían poner en peligro la salud y la vida.
Hoy cubren una necesidad, pero lamentablemente en condiciones muy precarias, precarias para la población que se atiende, precarias para los trabajadores, médicos y médicas que laboran ahí y, en cambio, muy lucrativas para esas corporaciones. Pero no podemos cancelarlos de tajo. Lo deseable es que no existan, sentenció el doctor López-Gatell.
Precisó que el planteamiento ahora es que el sistema público garantice la gratuidad, la universalidad, que todo mundo tenga acceso y desde luego que la calidad sea atractiva para el pueblo.
Es muy probable que esa fase de transición implique regular de manera más estricta. Parte de la corrupción, parte del desmantelamiento fue el uso discrecional de las agencias de regulación en el caso nuestro Cofepris para dar permisos a diestra y siniestra y permitir estas operaciones que son de muy baja calidad, destacó.
Al destacar que la tercera parte de las consultas durante la pandemia de Covid, ocurrieron en consultorios adyacentes a farmacias, donde las condiciones incluso laborales del personal médico, en general personas jóvenes, son muy precarias.
Hay todo un tema, incluso de justicia laboral o incluso de cumplimiento de las leyes relativas a las condiciones laborales que podrían estar siendo violadas sistemáticamente en estos consultorios adyacentes a farmacias por estas corporaciones, son contrataciones eventuales, refirió.
El subsecretario de Salud, abundó que en el México contemporáneo hay condiciones laborales muy precarias para el personal de salud, contrataciones eventuales, contrataciones que no hacen antigüedad, no tienen seguridad social en una proporción mayoritaria de quienes laboran ahí, pero además tienen una presión importante por ser agentes de venta de los medicamentos que se dan en la farmacia.
Algunas de esas cadenas incluso no cobran por la consulta y le llaman ‘asesoría médica gratuita’, porque no lo consideran relevante el acto médico, la deliberación diagnostica, el razonamiento, la exploración del paciente. Para estas cadenas de farmacias lo importante es que salgan con una receta de seis, ocho, 10, 15 medicamentos; la gran mayoría no indicados correctamente, abuso en el uso de antibióticos, acotó.
Comentó que desde el sexenio presidencial de Miguel de la Madrid con el entonces secretario de Salud, Guillermo Soberón Acevedo, se formuló teóricamente el proceso de desmantelamiento de lo público para sustituirlo por lo privado; siguieron, por supuesto, los correspondientes secretarios de Salud, de Salinas, de Zedillo, de Fox, de Calderón, de Peña Nieto.
Pero esto, advirtió, no fue un invento mexicano, fue un invento de los sistemas financieros globales, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional y se aplicó en una gran cantidad de países del mundo destacadamente en América Latina, porque la salud, junto con la industria de la energía, el petróleo y la industria de las armas, es una empresa muy lucrativa en el mundo.
En los años 80 se visualizó que se necesitaba expandir mercado para todas estas corporaciones y se forzaron estos modelos como parte de las llamadas en su momento reformas estructurales para desmantelar los sistemas públicos de salud y de seguridad social, y sustituirlos por entidades privadas, corporaciones hospitalarias, corporaciones de farmacéuticos y también de distribución de medicamentos, aseguradoras, fondos de inversión, etcétera, etcétera, etcétera. El Seguro Popular en su momento es la expresión mexicana del modelo que fue impuesto por estos organismos financieros internacionales, afirmó.
A los anteriores gobiernos en México, sostuvo, les interesó invertir en la salud de la población.
Lo que le interesó es ocupar estos nichos de oportunidad financiera, de dinero, para hacer negocios oportunistas con algunos servicios, accesorios, servicios de laboratorio, servicios de consultas externas, y empezó todo este modelo de subrogación de servicios; es decir, el sector público, en vez de dar los servicios y tener al personal, tener las instalaciones, tener los insumos y el equipamiento subcontrataba, subcontrataba a veces a empresas.
Subrayó que en el caso mexicano también un signo característico es la gran corrupción, empresas surgidas de la nada entre amigos de funcionarios, de políticos de alto nivel de influencia que fueron creando corporaciones de laboratorios, corporaciones de hemodiálisis, de cirugía de estancia corta, de hemodinamia.
Advirtió que una de las instituciones públicas más devastadas por esto ha sido el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, que en los años 90 tuvo una reducción de más de 60 por ciento del financiamiento público, en tanto que el IMSS registró 40 por ciento en ese mismo periodo, y después en las décadas siguientes lo que se empezó fue a desmantelar.
En los 90 todavía había debates políticos sobre privatizar o no privatizar y hubo movilizaciones sociales de defensa de la seguridad social y de la salud pública. Después dijeron: ‘Ya no discutamos, desmantelemos las instituciones privatizándolas silenciosamente, el modelo, los servicios subrogados, los servicios integrales’, y entonces se empezó a subcontratar, y estas instituciones eran simplemente oficinas de contratación de los amigos de los políticos o los políticos mismos que en su momento se fueron adueñando de todas estas corporaciones, dijo.
Ahora, concluyó, el tema de regular es importante. En este momento, con este desmantelamiento que hubo, no hay una oferta suficiente, es decir, no hay cantidad suficiente de médicas y médicos, o de instalaciones físicas, de consultorios, de centros de salud, por eso los estamos recuperando, estamos instalando capacidades.
(Fotos lopezobrador.org.mx)