Publican novela póstuma de Almudena Grandes
Por: Mauricio Flores
Aquí sigues, Almudena, entre nosotros, tus lectores (y lectoras), que de tanto seguirte la pista, en diferentes tiempos y espacios, pareciéramos uno solo (una sola), enredado para siempre entre los hilos de las historias recuperadas, imaginadas por ti, Almudena Grandes, la madrileña (1960-2021) que desde pequeña renunció a la carrera de chicas para ponerse a escribir. Y hacerlo muy bien.
Éramos muy importantes para ti, tus lectores (y lectoras), escribiste en el periódico del 9 de octubre del año pasado, tu libertad porque gracias a nuestro apoyo podías escribir los libros que querías y no los que otros esperaban hicieras. De tal modo que se alcanzó, así, sencilla y explícita, una complicidad entre ambas partes desde que en el 89 diste a conocer Las edades de Lulú, y hasta ahora, heredada Todo va a mejorar.
Episodios novelados, estos dos anteriores, como también Te llamaré viernes, Malena es un nombre de tango, El corazón helado, entre más, y los portentosos cinco títulos de la inconclusa Episodios de una Guerra Interminable (Inés y la alegría, 2010, El lector de Julio Verne, 2012, Las tres bodas de Manolita, 2014, Los pacientes del doctor García, 2017 y La madre de Frankenstein, 2020), y que al lado de libros de cuentos y de recopilaciones de tus textos periodísticos fueron tu vida, Almudena. Y la nuestra.
(Ya tendremos que imaginarnos, ni qué hablar, la sexta galdosiana entrega de los Episodios…, Mariano en Bidasoa, así anotada: los topos de larga duración, la emigración económica interior y los 25 años de Paz, Castuera (Badajoz)—Eibar (Guipúzcoa), 1939-1964, ya no escrita).
No hubo tiempo para que vieras cerrada y publicada Todo va a mejorar, Almudena. Novela que, decías, tanto te aportó durante los días últimos, que me ha mantenido entera, y ha trazado un propósito para el futuro que me ha ayudado tanto como mi tratamiento. Ahora necesito devolverle tanto como me ha dado, encerrarme con ella, mimarla, terminarla, corregirla.
En nuevo ahora Todo va a mejorar circula ya en librerías. Una novela distópica, de muchos personajes, como todas las tuyas, Almudena, que se ubica en años futuros a su vez perfilados por un presente pandémico y confinado, el que nos tocó transitar a todos (a todas, incluida tú).
Historia que como buena parte de lo acumulado en otros libros, destaca la polarización ideológica que desgarra las instituciones y la desconfianza de la ciudadanía respecto de la política, algo nada improbable.
Así andaba el mundo por entonces, cubrebocas, encierros, contagios, enfermedades, muertes… De ahí los imaginados escenarios tuyos en la novela, Almudena, donde un nuevo partido político, manejados sus hilos por el Gran Capitán, empresario-ideólogo que es capaz de conformar una organización que reconvence al votante, domina la escena política española tras la recurrencia de pandemias, la caída total de la red de internet, la desaparición de los perros domésticos y la paulatina extinción de la moneda.
Esos bellacos que perfilaste bien, Almudena, quienes han montado una dictadura sobre mentiras, que destierran a los jóvenes, y nos encierran en nuestras casas, y nos obligan a vivir con miedo para hacer con nosotros lo que les da la gana, para que ni siquiera podamos comparar donde nos apetece, para que consumamos lo que ellos quieren y cuando ellos quieren.
Complejo mundo.
Complejo mundo que imaginaste, Almudena, de personajes fríos, ajenos, pero existentes. Diferentes a tus favoritos, los supervivientes, intérpretes de dos historias, la que fue y la que será: la Historia inmortal hace cosas raras cuando se cruza con el amor de los cuerpos mortales, escribiste años antes en Inés…
Cada verano termina de una manera distinta, dijiste, Almudena, en La tristeza, una columna en el diario hace unos veinte años. Entrega donde nos contabas de cuando escribías otra de tus novelas, escogías tomates y estabas triste. Donde también leímos lo por ti escrito:
En ese momento, otro carro choca con el mío. La autora del topetazo es una amiga que ya se ha enterado de la noticia. Enhorabuena, me dice, y yo afirmo apenas moviendo la cabeza. Has acabado la novela, ¿no?, pregunta mirándome a los ojos, como si no lograra hacer coincidir la expresión de mi cara con la que me había atribuido por su cuenta un momento, al reconocerme de lejos. Sí, contesto. Pues eso, que enhorabuena, repite. Gracias, le digo.
Gracias a ti, Almudena, de parte de tus lectores (y lectoras).
Almudena Grandes, Todo va a mejorar, Tusquets, México, 2022, 500 pp.
@mauflos