Vigencia de Elena Garro
Por: Mauricio Flores
Traigo un montón de papeles, dijo.
Aunque casi todos meados por los gatos.
Era junio del 93 y Elena Garro, acompañada de su hija Helena, volvía al país después de una más de sus extrañas retiradas.
Esta vez para quedarse aquí, definitivamente y hasta su muerte, seis años después.
Tiempo en el cual pudieron rescatarse al menos cuatro de sus llamadas narrativas cortas (Un corazón en un bote de basura, Busca mi esquela, Primer amor y Un traje rojo para un duelo) y que sumadas a otras tres firmadas antes (La casa junto al río, Y Matarazo no llamó… e Inés) conforman el recientemente circulado volumen Novelas breves.
Acierto editorial que se suma a los volúmenes compilatorios del resto de sus novelas, cuentos y dramaturgia, con lo que la obra de esa dueña del oficio, como la miró Emmanuel Carballo, queda dispuesta plenamente para nuevos y fieles lectores.
Esa escritora, referente en nuestro canon, de un lenguaje poético y eficaz, de una sabiduría burlona, abunda Carballo de ella.
Autora de la célebre Los recuerdos del porvenir (1963), que la encumbró sin regateos y quien algunos empataron con el boom, señalamiento que ella misma rechazó.
¿Quién ha leído a la fecha a Elena Garro?, se pregunta Jazmín Barrera en el prólogo para leerse al final de estas Novelas breves.
No pocos, haciendo caso de su numeralia ni de lo que nos recuerda: la lectura de esta obra ha sido casi un hecho obligado en nuestro país, ya desde el ámbito educativo básico. (¿Recuerda el lector, la lectora, algún trabajo de Secundaria o Preparatoria basado en Garro que tuviera que realizar para pasar Literatura?
Lo que pudiera ser acaso una contradicción al retomar otro de los juicios del gran Carballo, ¿cómo no volver a ese gran crítico una y otra vez?, que miraba a la escritora como una clandestina.
Hay que hablar en voz baja de ella para que nadie lo sepa porque nos puede pasar algo, como si fuera una conspiradora, una dinamitera. La imagen más bella que tengo de Elena Garro es la del escritor en contra de la sociedad.
Aunque merezca todos los homenajes, yo la prefiero como una escritora maldita y mítica, autora de una obra perdurable, original y distinta.
Perdurabilidad, originalidad y distinción que se apuntala y constata en estas Novelas breves.
A saber, apretada presentación apoyada en la misma Jazmín Barrera…
La casa junto al río (1983), novela escrita por la autora cuando radicaba en España; especie de apartado autobiográfico de una mujer en busca de su pasado.
Y Matarazo no llamó… (1991), tal vez una novela obrera, cuenta el acercamiento del personaje principal a ciertos ferrocarrileros en lucha.
Inés (1991), una especie de refutación a Sade, diría la autora, con elementos de novela gótica y mucho de locura.
Un corazón en un bote de basura (1996), donde las mentiras y las bromas se confunden y contribuyen a la paranoia de una mujer que abandonó a su esposo y se involucra con un grupo de comunistas.
Busca mi esquela (1996), novela que recrea la vida de una mujer oprimida y violentada, como en otras obras de la autora, por parte de su propio padre.
Primer amor (1996), reelaboración de un episodio de la autora cuando, en los años 40, radica en Europa y entabla amistad con un grupo de soldados alemanes.
Un traje rojo para un duelo (1996), fue inicialmente una obra de teatro; en su nuevo formato la historia que se cuenta es la de una niña en casa de su terrible padre y de su demoniaca abuela, mientras su abuelo materno agoniza.
Nuevos lectores
Si de unos años para acá estamos leyendo cada vez más la obra de Elena Garro, al margen las versiones de sus actuaciones en diferentes momentos de la vida político-social del México que vivió, habría que releer estas novelas con nuevos ojos, sostiene Jazmín Barrera.
A fin de darles con ello su justo lugar en la totalidad de la obra.
Y de la literatura de su tiempo, lejos de los prejuicios que la circundan, para darlas a conocer y ponerlas al alcance de las personas que las buscan y de las que no las buscan, pero serían felices de encontrárselas.
Aquí la obra de Elena Garro, y la invitación a estas Novelas breves que, como el tiempo, lo escribió ella misma, circular e idéntico a sí mismo, como un espejo reflejando a otro espejo, nos repite.
Elena Garro, Novelas breves, Alfaguara, México, 2022, 480 pp..
@mauflos