Por Mauricio Flores

Algo tendrá la poesía del chileno Pablo Neruda (1904-1973) que sus formas y contenidos siguen alentando resistencia y humanidad.

Ahora, todo parece apuntar a ello, un poquito más, cuando nuevas investigaciones nos llevan a concluir que su muerte fue un asesinato, vil e indigno, perpetrado por personas cercanas al régimen de terror que recién se instalaba en su patria, Chile, hace medio siglo.

Crimen que permaneciera oculto todo este tiempo, aunque ya muchos dudaban del entonces veredicto oficioso de que el bardo había expirado debido a un cáncer, prolongado y doloroso, en su cuerpo.

Era un secreto a voces.

Un tal vez.

En la larga oscuridad de la dictadura pinochetista todo era posible.

Lo que bien sugiere el investigador norteamericano Mark Eisner en Neruda. El llamado del poeta, dilatada biografía del Premio Nobel de Literatura 1971 (HarperCollins), que habremos de releer y ubicar entre los argumentos para dilucidar de una vez por todas (y hacer la justicia correspondiente) del caso Neruda.

Apunto de concretar el viaje de Neruda y su familia a México, días después del golpe militar, el poeta sufrió una crisis de salud, rememora Eisner.

De acuerdo a su esposa Matilde, éste se encontraba en un estado demencial, muy enfermo y angustiado. Ya en la clínica a la que se le había trasladado, una enfermera le puso una inyección para que se relajara. Se durmió y después entró en coma. Pablo Neruda murió el 23 de septiembre de 1973.

Versiones que coinciden con lo informado recientemente por Rodolfo Reyes, abogado y sobrino del poeta, que detalló los resultados de una investigación que descubrió en una bacteria, arma biológica inyectada a Neruda, la causa de la muerte.

¿Por qué volver a Neruda?

Responde Eisner: llevo casi 15 años trabajándolo. En mi faceta de traductor de poesía, alguien me invitó a editar un libro con su obra, que resultó The Essential Neruda: Selected Poems. Esto me llevó a leer casi todo lo que se había escrito sobre él. Lo que encontré fueron productos diversos, unos muy académicos y otros demasiado subjetivos. Mi interés fue siempre colocarme en la mitad y conseguir una biografía que hablara de un Neruda total, de su vida más personal, su obra y su faceta de militante. Esto fue vital para mí.

Neruda. El llamado del poeta es así una especie de fusión de las etapas de su legado: cada uno de los tres aspectos se entiende por sí mismo, aunque son partes interdependientes e influyen entre sí. ¿Por qué lo hice así? No lo sé muy bien todavía. Mucho me ayudó entrar en contacto con varias personas que lo alcanzaron a conocer y personajes de la vida cultural y política chilenas, abunda el investigador egresado de la Universidad de Michigan.

¿Cómo es que su poética amorosa sigue vigente?, pregunté a Eisner; esto me respondió:

Es un gran fenómeno. Hay personas que no saben nada de Neruda y te pueden nombrar el título de uno de sus poemas o recitarlo en su totalidad. Es difícil entender su permanencia, pero pienso que es algo como pretender definir el gusto por la música de Revueltas o Bach. Hay algo en estos poemas que permanece. Sus primeras obras, tal vez las más conocidas, fueron escritas cuando tenía 19 años o menos, y su sensibilidad, dedicación y voces vibran aún y están inscritas en una gran tradición.

Transmitir emociones.

Cada uno de los llamados ‘Veinte poemas’ son diferentes y nos dicen cosas; 35 años después publicó ‘Los versos del capitán’, y lo sigue haciendo. Cada lectura de Neruda en cada tiempo del lector sigue transmitiendo emociones, quizá porque todo su trabajo poético habla de la maravilla del ser humano. Neruda nos dice qué tenemos en nuestro interior, complejo o sencillo; verdadero o desconocido.

¿Existe algo del trabajo de Neruda aún inédito?

Sería un verdadero hallazgo. Neruda escribió sus grandes obras, y fue consciente de ello, muy tempranamente, entre 1923 y 1962, aproximadamente. Lo que también es cierto es que hay grandes títulos de él que no se consiguen fácilmente o no circulan profusamente. Tal vez faltarían traducciones. Sus obras completas solo están en español. Hay cartas, entrevistas, poemas, discursos y traducciones muy bien organizadas. Hay una fundación que resguarda su legado, hay colecciones más personales y las mismas casas que habitó en Chile están abiertas al público.

Vive Neruda.

Cincuenta años después.

Como en una de sus veteranas sentencias:

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.

Ahora que sabemos de los hallazgos de una bacteria en su maltrecho cuerpo.

Mark Eisner, Neruda. El llamado del poeta, HarperCollins, México, 626 pp.

@mauflos