Dos lecciones para el 2024
Las tendencias de los comicios del domingo, muestran que por primera vez habrá alternancia en la entidad conocida como la joya de la corona. Uno de los bastiones históricos del priismo, ahora se ha convertido en centro del poder político de Morena y ha debilitado al tricolor al punto de reducirlo a solo 2 gubernaturas. El que en otros tiempos fue el partido hegemónico durante el siglo XX ahora pareciera estar herido de muerte, pero no por culpa de los ciudadanos, sino de la democracia
Por: Sebastián Godínez Rivera
De acuerdo con la historia posrevolucionaria del Estado de México, Alfredo del Mazo Vélez fue uno de los personajes de mayor peso político del llamado Grupo Atlacomulco. La historia de las y los mexiquenses estuvo marcada por la hegemonía del entonces Partido Revolucionario Institucional, sin embargo, tras las elecciones del 4 de junio este ciclo se cierra con otro Alfredo, nieto del primero y ahora lleva el apellido Del Mazo Maza.
Las tendencias de los comicios del domingo, muestran que por primera vez habrá alternancia en la entidad conocida como la joya de la corona. Uno de los bastiones históricos del priismo, ahora se ha convertido en centro del poder político de Morena y ha debilitado al tricolor al punto de reducirlo a solo 2 gubernaturas. El que en otros tiempos fue el partido hegemónico durante el siglo XX ahora pareciera estar herido de muerte, pero no por culpa de los ciudadanos, sino de la democracia.
La alternancia política es un elemento necesario para que la democracia exista, el ganar y perder habla de un sistema funcional que toma en cuenta los votos de la ciudadanía. Desde que el IFE y luego el INE autónomos comenzaron a organizar las elecciones, todas las entidades federativas han visto cambios a nivel local o estatal y esta vez le tocó al Estado de México. Los ciudadanos han descubierto desde hace mucho tiempo que con su voto tienen el poder de premiar o castigar a los partidos, sin duda esta es la esencia de la democracia.
La historia del Grupo Atlacomulco inició con un Del Mazo y ahora se cierra con otro, pero más allá de esta coincidencia, la derrota ha sido culpa de la oposición partidista. Los acuerdos cupulares del PRI, PAN y PRD muestran que no existe una autocrítica, ni un intento por romper con los pactos y abrir una competencia equilibrada entre todos los perfiles que aspiran a competir por un cargo público. El desplome de la oposición a nivel nacional, habla de una baja competitividad debido a la designación de candidatos que no logran conectar con la ciudadanía.
La negativa de los partidos a establecer elecciones primarias y un método transparente para que la gente conozca a los aspirantes es una de las principales razones por la que los opositores han cosechado fracasos. Más allá de formar una coalición electoral y sumar sesgadamente los votos como si de una suma aritmética se tratara, se debe establecer una estrategia de convencimiento para buscar el voto. Independientemente del partido todos han argumentado que la suma de los partidos en una coalición, puede traducirse en derrota o victoria, pero no es así esto implica un mayor análisis y un mapeo de las preferencias de las militancias y simpatizantes.
Algunos también señalan de traidor al gobernador Alfredo del Mazo. Es importante mencionar el papel de los gobernadores ya no como factor de victoria, sino de derrota. En estos últimos años se ha dado un fenómeno que durante los años del régimen autoritario se le denominó exilio dorado, el cual consistía en dar un cargo diplomático a enemigos del régimen o para premiar la lealtad de algún funcionario.
Ahora durante el gobierno de la Cuarta Transformación se ha dado este fenómeno con los gobernadores de la oposición quienes han obtenido embajadas a cambio de entregar sus estados, esto no significa que sus victorias no sean legítimas, sino que los ejecutivos locales están abandonando a sus correligionarios. La hipótesis sólo se comprobará si tras dejar el poder Del Mazo asume un cargo diplomático al igual que otros ex gobernadores que han entregado sus estados al oficialismo.
Por el otro lado, el morenismo está de fiesta, se ha fortalecido y crecido pues gobernará más de la mitad del país y aunque ganó el Estado de México, perdió Coahuila por un desencuentro con sus aliados. Un mal diagnóstico de la dirigencia de Morena, pero una oportunidad para sus aliados Partido Verde y del Trabajo.
Morena se tardó en darse cuenta que la ruptura con sus aliados le generó un descalabro electoral. El perfeccionamiento de la maquinaria en el centro del país, le hizo olvidarse del norte y dejar que Coahuila se mantenga como único bastión priista y sin alternancia hasta el momento. El partido de López Obrador abanderó un candidato que no tenía propuestas de campaña y a los ojos del electorado no era atractivo.
Sin embargo, dentro de la fragilidad de Morena por lanzar a una candidatura que el pasado 4 de junio sumó su tercera derrota, en 2017 compitió y perdió, en 2021 aspiró a la alcaldía de Saltillo y resultó derrotado y ahora tampoco convenció a los coahuilenses. No obstante, sus aliados se dieron cuenta que su posición política puede doblegar al instituto de mayor peso a través de negociaciones para lograr mejores posiciones.
Si bien, el PT y el PVEM desde sus dirigencias nacionales dijeron que ayudarían a Guadiana, sus respectivos candidatos Ricardo Mejía y Lenin Pérez, rechazaron bajarse de la contienda. Más allá de esta decisión dictada desde el centro a 3 días de las elecciones, los partidos jugaron un papel relevante que dividió el voto de la 4T. Con este hecho sus aliados se dieron cuenta que tienen la fuerza para negociar y doblegar a Morena, pues los verdes buscarán la gubernatura de Chiapas en 2024 y posiblemente las aspiraciones de Gerardo Fernández Noroña puedan negociarse por algunos otros cargos.
Quizá el lector considere que fue un empate pues la oposición retuvo una gubernatura y Morena y aliados ganaron otra. Más allá de estas elecciones que son la antesala del 2024 se han dejado al descubierto las debilidades y fortalezas de todos los partidos, los pequeños no son tan débiles como se pensaba y los grandes no son invencibles como parecen. Sin duda los institutos tendrán mucho que reflexionar sobre si sus alianzas son funcionales y competitivas en un mapa político donde la oposición solo gobierna 9 entidades en su conjunto.
Pasados estos comicios, el tema principal será la sucesión en 2024, donde Morena lleva la delantera pues sus aspirantes se han empeñado en hacer campaña, aunque la autoridad electoral les ha ordenado cesar estos actos, al oficialismo parece importarle poco violar la ley. Por otro lado, la oposición pone trabas a las y los aspirantes a la candidatura presidencial, parece que no se ha dado cuenta que falta 1 año y su desdibujamiento, carencia de propuestas y los acuerdos cupulares no le son suficientes para atender los reclamos de la población.
Sebastián Godínez Rivera
Politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estudiante de Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Analista en el think tank Laboratorio Electoral.