El monumento, la candidata y ¿el PRI?
Periodistas registraron largas filas de camiones de los cuales bajaban contingentes de personas con banderines y pancartas. Tras su descenso se les daba un luch pequeño y eran guiados hasta el Monumento a la Revolución. Por otro lado, la música no pudo faltar para entretener a los invitados y cerca del inicio arribaron las y los gobernadores, legisladores, alcaldes y personajes de Morena
Por: Sebastián Godínez Rivera
El 18 de enero concluyó el periodo de precampaña; en Guanajuato Xóchitl Gálvez cerró sus actividades; Claudia Sheinbaum clausuró en la Ciudad de México; y en Nuevo León terminó Jorge Álvarez Máynez. Sin embargo, el cierre que más despertó críticas y análisis fue el de la candidata del oficialismo.
Periodistas registraron largas filas de camiones de los cuales bajaban contingentes de personas con banderines y pancartas. Tras su descenso se les daba un luch pequeño y eran guiados hasta el Monumento a la Revolución. Por otro lado, la música no pudo faltar para entretener a los invitados y cerca del inicio arribaron las y los gobernadores, legisladores, alcaldes y personajes de Morena.
Tras esta breve descripción, puedo afirmar que el presidencialismo mexicano del siglo XX está más vivo que nunca. La llegada de buses de diversas partes del país tenían un solo objetivo, llenar la Plaza de la República, aunado a que los gobernadores pretendieron lucirse con la precandidata del lopezobradorismo. Las imágenes presenciadas nos remitieron a un pasado no tan lejano, cuando nuestro país aún no gozaba de democracia.
Los sindicatos como en la época de Miguel Alemán, Adolfo López Mateos o Gustavo Díaz Ordaz hicieron sentir su fuerza desplegando mantas para que se les identificara, por ejemplo, una gran pancarta de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) se desplegó con la foto de su líder Isaías González Cuevas acompañado de Sheinbaum y una leyenda que decía los trabajadores apoyamos a la precandidata Claudia Sheinbaum.
Asimismo, contingentes de la central CATEM de Pedro Haces también llegaron para el acto de cierre, así como el sindicato del Seguro Social. Estas imágenes habían quedado plasmadas en los libros de textos, esos vítores de los trabajadores a Sheinbaum Pardo se asimilan a cuando Miguel Alemán en 1945 fue nombrado por Fidel Velázquez, cabeza de la CTM, Primer Obrero de la Nación. O también cuando en 1957 Adolfo López Mateos fue aclamado por el sector obrero para ser el candidato presidencial.
Por otro lado, estaban los contingentes de los partidos aliados del Trabajo y Verde que respaldaban a su candidata, así como cuando en 1976 el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y el Partido Popular Socialista respaldaron al aspirante único a la presidencia, José López Portillo. Además, organizaciones de diversas partes de la república se hicieron presentes con banderines, pelotas, muñecas y cartulinas en apoyo a la 4T. Durante el siglo XX esas organizaciones aparecían con fotos y cartulinas del personaje al que debían aclamar.
Como en los típicos eventos de los partidos políticos, la puntualidad no es algo por lo que destacan y desde las 10 de la mañana tuvieron a la gente esperando, hasta las 5:30 pm que llegó la precandidata. No obstante, también se presenció la llegada de los invitados de honor gobernadores, legisladores, alcaldes y la dirigencia de Morena. En el pasado no se necesitaba de la presencia de los altos cargos, ya que el destape presidencial lo hacía el ejecutivo y los mandatarios estatales sólo debían apoyar en la famosa cargada.
Lo que llama la atención es que los que asistieron al evento y que ostentan un cargo público violaban la Ley General de Responsabilidades de las y los Servidores Públicos; en ella se establece que los servidores públicos podrán asistir a los eventos en días y horas inhábiles. A pesar de que este es un tema controvertido, me despierta muchas críticas ya que no sabía, por ignorancia, que después de las 4 pm en los estados ya no hay trabajo y por ende pueden asistir.
Asistieron gobernadores como Carlos Manuel Merino de Tabasco quien no ha podido frenar la ola de violencia; Alfredo Ramírez Bedolla de Michoacán al que la violencia lo ha rebasado; David Monreal de Zacatecas quien encomendó a Dios la seguridad; Evelyn Salgado de Guerrero que no ha dado la cara desde que el huracán OTIS arrasó con la zona costera; Américo Villarreal de Tamaulipas quien ignoró el secuestro de migrantes en su estado; Martí Batres Jefe de Gobierno sustituto de la CDMX… bueno y la lista sigue.
Los gobernadores son extensiones del poder presidencial, por lo tanto, respaldan a la candidata del oficialismo lo que nos remonta a la edad de oro del PRI. Por otro lado, cuando ya inició formalmente el evento, el discurso de Claudia Sheinbaum fue como un copy paste de la mañanera, todo se le agradece al presidente López Obrador, se utilizan mismas palabras para denostar como conservadores, neoliberales, fifis, aspiracionistas y también para alabar pueblo, transformación, continuidad, revolución, conciencias.
Incluso hasta las pausas que hace el ejecutivo federal son copiadas por la aspirante, algunos dirían que es un mimetismo para simpatizar entre sus seguidores y otros que es una estrategia para recordar el cariño que le tienen al inquilino de Palacio Nacional. Es necesario mencionar que la clase política mexicana no se destaca por sus habilidades de oratoria, no son como Adolfo López Mateos o José López Portillo que tenían una trayectoria dentro de la oratoria.
Los discursos políticos con voz impostada y con ritmo lento acompañadas por un sonsonete que alarga el final de las palabras se asimilan más a los discursos de Luis Echeverría. La candidata del oficialismo utiliza el mismo método para hablar en público, pero eso es algo que cada quien decide, al final de cuentas quienes escribimos solo analizamos los hechos.
Como podemos ver, todos los elementos del presidencialismo rumbo a la sucesión presidencial están presentes en el México moderno. Incluso si tomáramos una foto del macro evento y se le pusiera un filtro blanco y negro o decolorado, no encontraríamos la diferencia entre un evento del PRI del siglo XX y el de Morena en 2024.
Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.
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