Experta en tortura de la ONU, pide al Reino Unido detener la extradición de Julian Assange a Estados Unidos

“Sufre desde hace mucho tiempo un trastorno depresivo periódico y existe el riesgo de suicidio. En su opinión, el riesgo de que se le mantenga en régimen de aislamiento pese a su precaria salud mental y de que su condena pueda ser desproporcionada plantea la cuestión de si la extradición sería compatible con las obligaciones internacionales del Reino Unido en materia de derechos humanos”, advierte la relatora especial sobre la tortura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Alice Jill Edwards

“Su salud está empeorando, física y mentalmente. Su vida corre peligro cada día que permanece en prisión y si es extraditado morirá”, afirma Stella Assange, esposa del fundador de WikiLeaks

Redacción Círculo Rojo

La extradición de Julian Assange a Estados Unidos, podría influir significativamente en el periodismo internacional y en la libertad de expresión, advirtió la relatora especial sobre la tortura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Alice Jill Edwards, por lo que llamó a las autoridades británicas a detener cualquier posible entrega por temor a que la salud del fundador de WikiLeaks pueda verse irreparablemente dañada.

El nuevo intento de la experta en derechos humanos por frenar la entrega se da horas antes de que este martes inicie en el Tribunal Superior de Justicia de Londres la audiencia final de dos días, tras una larga batalla legal, sobre la extradición del periodista australiano a la Unión Americana.

En su petición las autoridades británicas, Edwards expresó su preocupación por la frágil salud mental y física de Assange, y afirmó que el mundo está siguiendo este caso muy, muy de cerca.

Sufre desde hace mucho tiempo un trastorno depresivo periódico y existe el riesgo de suicidio. En su opinión, el riesgo de que se le mantenga en régimen de aislamiento pese a su precaria salud mental y de que su condena pueda ser desproporcionada plantea la cuestión de si la extradición sería compatible con las obligaciones internacionales del Reino Unido en materia de derechos humanos, precisó Edwards.

La extradición de Julian, de 52 años de edad, depende de la resolución que determinen los dos magistrados del Máximo Tribunal Británico encargados de revisar durante dos días la decisión de la justicia londinense que el 6 de junio denegó a Assange el derecho a apelar su entrega a Estados Unidos, donde es acusado de 18 cargos, entre ellos espionaje, al revelar en 2010 más de 700 mil documentos confidenciales sobre las actividades militares y diplomáticas estadounidense relacionadas con la defensa nacional, incluidas pruebas que revelan presuntos crímenes de guerra, principalmente en Irak y Afganistán.

Julian Assange, fue detenido en Reino Unido en 2019, luego de que el Tribunal Contencioso Administrativo de Pichincha, le retiró la nacionalidad que le había otorgado el presidente Rafael Correa en diciembre de 2017, al determinar que el proceso de naturalización que otorgó la ciudadanía al activista estuvo plagado de irregularidades.

Además, el Tribunal Administrativo de Quito, sostuvo que el australiano no había vivido en Ecuador y no había pagado impuestos en el país, por lo que el proceso de naturalización fue indebido e ilegal para reconocerlo como ecuatoriano, por lo que Assange tuvo que abandonar la embajada de Ecuador donde permanecía como diplomático de ese país sudamericano desde 2012, cuando pidió asilo. Actualmente, se encuentra en prisión preventiva en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, Reino Unido.

Assange, el gran ausente en su audiencia

En el Tribunal Superior de Justicia de Londres, la audiencia para decidir la extradición de Assange, inició sin la presencia del periodista australiano: No se sentía bien hoy y no está presente, declaró su abogado, Edward Fitzgerald, al inicio de la comparecencia de dos días.

Durante las jornadas previas al juicio, su esposa y gente cercana habían alertado sobre el frágil estado de salud del Julian; a las afueras del Tribunal, una y otra vez se oía: ¡Liberen a Julian Assange!, ¡Liberen a Julian Assange!, mientras su esposa, Stella Assange, demanda ¡Libertad!, ¡Lobertad!, Julian necesita ser liberado y todos necesitamos la verdad.

En declaraciones a la cadena británica BBC, la mujer advertía que si su marido pierde esta vista ya no tendrá ninguna posibilidad de apelación en el Reino Unido.

Su salud está empeorando, física y mentalmente. Su vida corre peligro cada día que permanece en prisión y si es extraditado morirá, afirmó el jueves Stella Assange, en una rueda de prensa en la capital británica.

Sin embargo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), es la última instancia a la Julia Assange podría recurrir en busca de frenar su entrega a los Estados Unidos.

(Fuente Agencias/Fotos X)