Auditores Monitoristas del INE
A lo largo y ancho del país todos hemos visto bardas con los nombres de las candidatas, lonas, afiches, espectaculares, mochilas, operaciones de acarreo, banderines, vehículos con calcomanías, etc. Todas estas herramientas son utilizadas por los institutos para posicionarse dentro de la opinión pública. Todo esto debe ser fiscalizado porque se utiliza el dinero público, se les obliga a los institutos a rendir cuentas
Por: Sebastián Godínez Rivera
Para las elecciones de 2024 hay diversas plazas que se abrieron en el Instituto Nacional Electoral (INE) y en su estructura desconcentrada. Unas de ellas son las de auditores monitoristas que están adscritas a la Unidad Técnica de Fiscalización (UTF) y que apoyan en el registro y fiscalización de todos los elementos que los partidos políticos utilizan para hacer propaganda.
A lo largo y ancho del país todos hemos visto bardas con los nombres de las candidatas, lonas, afiches, espectaculares, mochilas, operaciones de acarreo, banderines, vehículos con calcomanías, etc. Todas estas herramientas son utilizadas por los institutos para posicionarse dentro de la opinión pública. Todo esto debe ser fiscalizado porque se utiliza el dinero público, se les obliga a los institutos a rendir cuentas.
Desde la Ciencia Política el auditor monitorista juega un papel de escrutador de los actos y hechos de los partidos, pero también como vigilante de que se respeten las etapas del proceso electoral para que no se violenten las reglas. La función de las y los monitoristas en palabras de John Keane sería generar un contrapeso dentro del escenario electoral, el cual es muy necesario para que los partidos expliquen los gastos que hacen y la forma en la que utilizan el dinero.
Los institutos políticos son resilientes al escrutinio de la ciudadanía y la autoridad electoral, por ende, la aparición de estos auditores es incómodo por naturaleza para los partidos. Estos funcionarios cumplen con la función fundamental que es el respeto a las reglas, sobre todo en el actual contexto en el que los actores políticos han apostado por violentar la ley y adelantarse a los tiempos y las formas electorales.
Lamentablemente en un país polarizado por el oficialismo, los auditores han sido objeto de descalificaciones, amenazas y en algunos casos juicios sumarios por parte de quienes ostentan la mayoría. En 2023 durante los procesos internos de Morena hubo un hecho desafortunado con Adán Augusto cuando en un discurso criticó al INE y gritó esos del instituto nos quieren fiscalizar e inventar gastos. A ver, ¿dónde está el del INE en el evento?, la gente al identificarlos comenzó a abuchearles y los funcionarios salieron del evento para resguardar su integridad.
El presidente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, acusó al INE de que no pudieran llenar el Estadio Azul y entonces señalando debajo del templete declaró aquí están los del INE que no nos dejan trabajar, por ellos no pudimos llenar.Como podemos ver son principalmente los miembros del partido oficial quienes tienden a amedrentar o descalificar el trabajo de las y los auditores.
Otro evento ocurrió cuando monitoristas acudieron al domicilio del ex aspirante a la alcaldía de Iztapalapa, Miguel Ángel Melo, quien amenazó a los auditores con arma de fuego cuando le pidieron reportar los gastos. Estos hechos son deleznables y reprobables, porque habla de un falso sentimiento de valentía que se ha sembrado desde Palacio Nacional porque López Obrador ha emprendido una campaña de ataques contra el funcionariado del INE.
Experiencias de las y los auditores también se han dado en eventos más pequeños de candidatos a nivel federal y precandidatos a nivel local (recordemos que candidatos a alcaldías y congreso local NO pueden hacer campaña aún). Algunos se han molestado con los y las auditoras por acudir a eventos diciendo no deberían estar aquí los del INE, lo que demuestra una resistencia de los actores políticos a rendir cuentas.
Hace falta que los partidos y sus candidatos lean la ley electoral o tengan equipos que les informen de ello. Los eventos, mítines o cualquier acto que realicen público les genera un beneficio en el periodo de las campañas federales, y en el caso de los candidatos locales, son actos anticipados. Estas elecciones han desnudado la retórica agresiva contra el funcionariado del INE, sin embargo, nuestros políticos necesitan leer más y conocer sobre la ley electoral antes de prohibir o arremeter contra los y las auditoras.
Los ataques contra cualquier persona que trabaja en el INE se agudizaron desde 2021, tristemente se ha cotidianizado con el funcionariado del árbitro electoral. Desde los trabajadores eventuales como los Auditores, las y los Capacitadores Asistentes Electorales (CAE) y las Supervisoras Electorales (SE), pasando por los integrantes del Servicios Profesional Electoral Nacional (SPEN) del instituto y los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE) y llegando hasta el Consejo General (CG).
Los eventos antes mencionados despertaron la molestia del Consejo General del INE, quienes al usar el micrófono para defender y solidarizarse con las y los trabajadores eventuales. Algunos como Claudia Zavala, Norma Irene de la Cruz, Arturo Castillo y Uuc- Kib Espadas, llamaron la atención a los partidos y los conminaron a respetar al personal del instituto. Es sabido que si bien los comicios del 2 de junio serán las más grandes de la historia y también unas de las más polarizadas.
Por otro lado, la labor de las y los auditores es la de mantener el respeto a la ley electoral que tanta falta hace en estos tiempos. Asimismo, dar seguimiento a los insumos materiales utilizados por los partidos es una forma de obligarlos a rendir cuentas porque sus gastos son solventados con dinero público. Las y los auditores intensificarán su trabajo en el periodo de campaña ya que es el periodo en el cual se desborda el gasto de los partidos.
El 1 de marzo arrancaron las campañas rumbo al 2 de junio, los y las auditoras recorrerán los distritos asignados para fiscalizar los eventos de las y los candidatos. Quizá los actores políticos deberían repensar sus posturas y sus discursos agresivos contra el INE y revisar sus gastos.
Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.
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