Golpe de realidad para un politólogo
Mi principal sorpresa fue que las y los CAE son la primera línea de contacto con la ciudadanía en el proceso electoral. Cuando me contaron sus buenas y malas experiencias en campo, sin duda son una suerte de termómetro que mide las simpatías de la gente con el instituto. Hay diversos casos de buenos y malos tratos, pero en su mayoría la gente respalda y valora al INE, porque lo conciben como un pilar de la democracia que costó mucho construir
Por: Sebastián Godínez Rivera
Trabajar de cerca en el proceso electoral es una oportunidad que no podía dejar pasar, nos encontramos a la mitad de este y sin duda puedo decir que ha sido un golpe de realidad. Estoy acostumbrado a trabajar en la investigación o en una oficina, pero el trabajo en campo ha cambiado mi perspectiva.
Hasta este punto de las elecciones, sin duda mi primera impresión y sorpresa fue trabajar con los y las capacitadores asistentes electorales (CAE) quienes muchas veces los vemos en las calles bajo el sol y a altas horas de la noche buscando a personas para integrar las mesas directivas de casilla. Cuando tuve la oportunidad de salir con ellos para aplicar mecanismos de calidad, sin duda quedé sorprendido por su organización, rutas y técnicas para encontrar a la gente.
Desde entablar amistad con los conserjes, oficiales y vigilantes de los edificios, pasando por dejar recados en las puertas hasta gritarles desde la calle esperando a que salga alguien a identificarse. Debo de reconocer su labor a lo largo de estos meses, muchas veces estamos acostumbrados a hacer análisis desde una oficina y tratar a la gente como datos o cifras que responden a las operaciones o teorías formuladas para explicar un pedazo de la realidad.
Mi principal sorpresa fue que las y los CAE son la primera línea de contacto con la ciudadanía en el proceso electoral. Cuando me contaron sus buenas y malas experiencias en campo, sin duda son una suerte de termómetro que mide las simpatías de la gente con el instituto. Hay diversos casos de buenos y malos tratos, pero en su mayoría la gente respalda y valora al INE, porque lo conciben como un pilar de la democracia que costó mucho construir.
Otro momento que cambió mi forma de ver el trabajo electoral fue sobre las labores de auditor monitorista. Era mi primera vez saliendo a campo con una compañera, llamada Abril, muy experimentada en ese rubro de la fiscalización. El primer evento al que asistí fue al cierre de precampaña de una entonces precandidata única. La organización del grupo de auditores me sorprendió su capacidad para tomar la propaganda utilitaria, equipos de sonido y todo lo que pudiera generar algún beneficio sin duda quedé asombrado.
En clases y cursos había aprendido sobre la fiscalización y los tipos de propaganda, pero ver en campo y en vivo la clasificación, análisis y toma de estos elementos dista mucho de la teoría a la que estoy acostumbrado. Incluso una anécdota personal de esa vez fue que para mi primera salida a campo, iba vestido de traje (vestimenta opuesta al trabajo de campo); fue a partir de ahí cuando a sugerencia de mis apreciables compañeros opté por cambiar el estilo a uno más sport.
Incluso amistades de la universidad me han comentado cambiaste los pantalones de vestir por jeans, los sombreros vascos por gorras y los sacos por suéteres, dicen en tono de broma. Es una realidad para poder cumplir con mis funciones en campo, aunado a la comodidad para movimiento y tomando en cuenta las altas temperaturas. Muchas veces en la academia nos quejamos de la dificultad para terminar artículos o ponencias, pero sin duda alguna el trabajo en calle implica mayor dedicación, atención y responsabilidad para llevar a buen puerto lo solicitado.
Continuando con el tema de los y las auditoras, fue mi primer acercamiento y debido a mi compañera Abril quien ya tenía experiencia en la parte de fiscalización y ha sido muy buena guía para aprender a utilizar los aparatos electrónicos, elaboración de actas y sobre todo el trato con los partidos políticos en los monitoreos. Hasta este punto puedo hacer una crítica interna y asegurar que en la academia desconocemos muchas veces la realidad política y el pulso social.
Tampoco puedo dejar de mencionar los recorridos con los representantes de partidos en los cuales se toma propaganda como bardas, espectaculares, muebles urbanos etc. Muchas veces los actores políticos se sienten con la libertad de presionar o sugerir formas para agilizar el trabajo, no obstante, la fiscalización de todo esto implica atención, paciencia y tiempo. Es una labor tardada, pero se hace en aras de mantener la transparencia y la equidad en la contienda.
Por último, otra anécdota que no puedo dejar de contar en este texto tiene que ver con los y las trabajadoras de los módulos de credencialización. Cuando se acercaba la fecha límite para tramitar la credencial, la gente dejó para último momento (o los últimos 4 días) el trámite. La pregunta que no dejo de hacerme es ¿por qué dejarlo hasta el último si la campaña de credencialización inició en septiembre de 2023? (en ese entonces yo tenía un programa de radio y entrevisté al Vocal del Registro de la Junta 10, José Luis Vázquez Ramírez, quien invitó a la ciudadanía a tramitar la INE.
En la Junta Distrital Ejecutiva 10 pude presenciar las largas filas de gente que pretendía obtener la INE. El reconocimiento es para las y los trabajadores del módulo que durante esos días estuvieron desde 8:00 am a las 12:00 pm tomando datos, sacando fotos y atendiendo las largas filas de ciudadanos que dejaron hasta el último su trámite. Jornadas maratónicas para que los y las mexicanas tuvieran su identificación en tiempo y forma.
Coloquialmente se les conoce como MAC (Modulos de Atención Ciudadana) más allá de las siglas, es importante mencionar que su labor es parte fundamental para nuestra democracia. Días después escuché a gente decir ay esperé tres horas, para mi credencial; no fueron rápidos, pero también me tocó escuchar comentarios como se están rifando son las siete de la noche y la fila llega al metro; mis respetos para los de módulo porque están dejando cuerpo y alma.
En la academia debemos replantearnos el siempre estar detrás de un escritorio y algunas veces salir al campo para conocer la realidad y el pulso político. Muchas veces se nos critica de intentar resolver y analizar, pero sin tratar de cerca a los perjudicados, las variables y a los actores. Quizá sea tiempo de dejar la oficina un rato y salir a campo…
PD. Hay muchas anécdotas sobre varias personas que trabajan en el INE, vocales, personal administrativo, técnicos entre otros. Afortunadamente, no será el único texto que escriba para visibilizar la labor electoral.
Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.
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