“Nadie tiene que renunciar para descafeinar la reforma al Poder Judicial”: AMLO

“La iniciativa de reforma al Poder Judicial está en el Congreso para su revisión, pero suavizar la reforma a cambio de la renuncia de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia, no; eso es del tiempo de la corrupción y del autoritarismo. No debe haber ese tipo de negociaciones. No es una concertacesión, como era la costumbre en la época de, ¿cómo se llama? Salinas. No, no, no, que sea de conformidad con la Constitución y de conformidad con la ley”, subraya el presidente López Obrador

“Si el pueblo elige a los jueces, a los magistrados, a los ministros, vamos a avanzar mucho, muchísimo. Porque, independientemente de cualquier cosa, el juez, el magistrado, el ministro, se van a sentir libres, no le van a deber el favor a ningún grupo de interés creado, a ningún político, a ningún potentado, los va a elegir el pueblo”, afirma el presidente López Obrador

Por: Valentín Alemán Santillán

Al aseverar que nadie tiene que renunciar para descafeinar la reforma al Poder Judicial, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que la aprobación de su iniciativa no será resultado de ninguna concertacesión, luego de que supuestamente en una reunión privada los propios ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre ellos Yasmín Esquivel Mossa, solicitaron a la presidenta del Máximo Tribunal, Norma Lucia Piña Hernández, separarse del cargo, pues no ha podido conectar con el titular del Ejecutivo federal.

Puntualizó que el democrático es el mejor método para resolver problemas, y para no equivocarnos, dijo, lo  mejor es preguntar.

Y si se aprueba una reforma para renovar el Poder Judicial de manera ordenada, sin excluir a nadie, pero que sea el ciudadano, que sea el pueblo el que elija a los jueces, a los magistrados, a los ministros, vamos a avanzar mucho, muchísimo. Porque, independientemente de cualquier cosa, el juez, el magistrado, el ministro, se van a sentir libres, no le van a deber el favor a ningún grupo de interés creado, a ningún político, a ningún potentado, los va a elegir el pueblo. Y hay que tenerle confianza al pueblo, el pueblo tiene un instinto certero, afirmó.

Señaló que nada tienen que temer jueces, magistrados o ministros que actualmente han hecho una buena labor y que, aseguró, serán buenos candidatos.

También, ojalá y se comprenda que los que no han actuado con rectitud y se han dejado dominar por la ambición al dinero y han actuado a favor de los grupos de intereses creados, de la delincuencia organizada, de la delincuencia de cuello blanco, pues que no se sientan ofendidos si no los eligen, porque el pueblo no es masoquista. El pueblo quiere que se siga limpiando la vida pública, que se siga purificando la vida pública, que logremos vivir en una sociedad mejor. Desterrar, esa es la palabra, desterrar la corrupción, subrayó.

El servidor público, dijo, nunca debe olvidar que el pueblo es el que nos manda, a quien le debemos nuestro cargo, nuestro encargo; quién es el soberano; no es el rey, el soberano es el pueblo en una república democrática.

López Obrador, se dijo satisfecho con lo hasta ahora manifestado en los Diálogos Nacionales sobre la reforma y felicitó a los integrantes del Poder Judicial, porque están entendiendo: Primero, que hace falta la reforma, ellos lo saben, ellos saben perfectamente que hace falta una reforma. Lo otro, pues que la gente, que el pueblo, la mayoría, está a favor de esa reforma. ¿Cómo ir en contra de la voluntad de millones de mexicanos?

A la pregunta expresa de que si ¿se podría negociar una reforma un tanto descafeinada a cambio de que la ministra Piña renuncie a la presidencia de la Corte?, el mandatario federal precisó que no hace falta que renuncie nadie, es nada más que continúe el debate sobre la necesidad de la reforma, hacer un buen análisis, un buen diagnóstico.

La iniciativa, sostuvo, está en el Congreso para su revisión, pero suavizar la reforma a cambio de la renuncia de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia, no; eso es del tiempo de la corrupción y del autoritarismo. No debe haber ese tipo de negociaciones. No es una concertacesión, como era la costumbre en la época de, ¿cómo se llama? Salinas. No, no, no, que sea de conformidad con la Constitución y de conformidad con la ley.

El procedimiento, señaló, está muy claro: el presidente, el titular del Ejecutivo tiene facultad para enviar al Congreso una reforma a la Constitución, ese es el procedimiento; ya la enviamos. Entonces el Congreso revisa, discute, analiza y aprueba, en su caso, las reformas; incluso modifica términos, pasa a comisiones, a las que correspondan, primero en una Cámara, luego va al Pleno, se vota; como se trata de reforma constitucional, se requiere mayoría calificada. Después, pasa a la Cámara de Senadores, si es que se inicia en la Cámara de Diputados. Y es el mismo procedimiento, va también a comisiones y luego va al Pleno, y ya luego se vota o se rechaza, es el Poder Legislativo. Y una vez que está aprobada, en su caso, pues ya se aplica, detalló.

Ante representantes de los medios de comunicación, López Obrador consideró la probabilidad de establecer una Ley Secundaria para establecer los requisitos específicos de la reforma constitucional   

Pero para qué negociar. O sea, a ver, ‘¿qué pasa si renuncio? ¿Podrían ustedes aceptar si yo renuncio –si dijera un ministro, una ministra–, podrían ustedes aceptar que nada más se eligieran a los ministros y no a los magistrados y a los jueces?’ No, no. O ‘sí aceptamos, renunciamos o vamos a aprobar la reforma, pero que no dejemos nuestros cargos hasta dentro de tres años’. No, que lo decida la legislatura y luego que lo decida el pueblo.

En el marco de su conferencia de prensa matutina de este martes en Palacio Nacional, el presidente López Obrador reiteró su reconocimiento a los participantes en el parlamento abierto sobre la reforma al Poder Judicial. 

Pero, la verdad, van bien en el Poder Judicial. Y no es una cosa en contra de la señora Piña. Ella llega ahí; desde luego, tiene procedimientos que uno no puede aceptar o compartir, pero no sólo es ella, es una crisis del Poder Judicial. ¿Y cómo se enfrenta una crisis? ¿Cómo se enfrenta una decadencia? Pues con una reforma, con una transformación, no parchando. ¿Qué hizo el presidente Zedillo? Quitó a los ministros; claro, negociado —eso se podría, nada más que no debe seguirse con estas prácticas, eso no ayuda— negociado porque a todos les dio su pensión vitalicia, bono y todo, bien atendidos, y él puso a los nuevos, ¿y qué se resolvió? Nada, concluyó.

(Fotos lopezobrador.org.mx)

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