México Republicano una opción de cambio

Existe un movimiento que puede generar entusiasmo en la gente y que su visión dista mucho de un oportunismo político, se llama México Republicano. Se definen como un grupo de vanguardia conservadora con visión binacional, que está comprometido con la seguridad, la familia y el progreso nacional. Dentro de sus principios rectores proponen un Estado fuerte que garantice las libertades y la seguridad; un país de clases medias como motor de desarrollo; promueven el capitalismo social; se identifican con el conservadurismo social; hacen frente a los resortes del subdesarrollo y la partidocracia; e impulsan una agenda binacional

Por: Sebastián Godínez Rivera

Durante décadas, México ha sido una nación que se caracteriza por los recursos naturales con los que cuenta, su gente, pero también por un modelo que reproduce las precariedades del sistema. La desigualdad, la corrupción y los políticos individualistas son elementos que deben tomarse en cuenta para entender la decadencia del país. Los comicios del 2 de junio cambiaron el tablero político y dejaron a una oposición reducida; sin embargo, esto no parece afectar a sus dirigentes, al contrario lo celebran.

El sistema político necesita de una opción fresca que entusiasme, que le hable a la gente y sea realista con el diagnóstico sobre los problemas que aquejan a la nación. El problema de los partidos políticos como PAN, PRI y Morena es que no tienen principios u objetivos; al contrario, en estos años hemos visto el desgaste de sus ideologías al punto de mezclarse y convertirse en partidos catch all, es decir, institutos que se mueven por todo el espectro ideológico.

No obstante, existe un movimiento que puede generar entusiasmo en la gente y que su visión dista mucho de un oportunismo político, se llama México Republicano. Se definen como un grupo de vanguardia conservadora con visión binacional, que está comprometido con la seguridad, la familia y el progreso nacional. Dentro de sus principios rectores proponen un Estado fuerte que garantice las libertades y la seguridad; un país de clases medias como motor de desarrollo; promueven el capitalismo social; se identifican con el conservadurismo social; hacen frente a los resortes del subdesarrollo y la partidocracia; e impulsan una agenda binacional.

Ahora bien, a simple vista sus líneas de acción distan mucho de los partidos políticos tradicionales y que hoy existen en el país. El diagnóstico sobre los problemas que aquejan a México es realista y las perspectivas desde las que se abordan son interesantes, sobre todo en un momento donde todos los actores políticos se inclinaron a la izquierda para simpatizar a la gente. Por ejemplo, proponen un Estado que garantice libertades y seguridad, lo cual nos remite a los orígenes de lo que es el Contrato Social de Rousseau en el cual define las competencias y la razón de que este exista.

La dialéctica filosófica sobre la que México Republicano se sostiene, está basada en una ideología sólida y de preceptos bien definidos. Hablar del republicanismo implica que un país es gobernado como la cosa pública o res pública, de acuerdo a Platón. Esta ideología se caracteriza por dejar a un lado a las élites o las clases sociales y procura que toda la ciudadanía se involucre en los asuntos nacionales.

Asimismo, los republicanos surgen como una oposición histórica a las monarquías, aristocracias, oligarquías y demagogias. El republicanismo se caracteriza por: fomentar la cultura cívica, busca una mayor igualdad social y aspira a mejorar los mecanismos de deliberación a efectos de adoptar las decisiones políticas más adecuadas a la mayoría. En esencia México Republicano cuenta con una base sólida que le distingue de otros actores u organizaciones. Apela a una filosofía política de la cual se derivan sus líneas de acción.

También se identifican con el conservadurismo social, el cual se caracteriza por la defensa del deber, las tradiciones, el nacionalismo y supera la dicotomía de izquierda y derecha. Cabe destacar que en México el uso de la palabra conservador por parte del oficialismo ha mermado a muchas personas; no obstante, este movimiento ha superado ese estigma y con orgullo se asumen como conservadores.

Desde la óptica politológica, la falta de una opción conservadora que sea atractiva para la población es parte de que un amplio sector no se sienta identificado con las opciones políticas vigentes. El conservadurismo ha estado presente en la historia de la humanidad, por ejemplo, el Partido Republicano de Estados Unidos, los Conservadores en Reino Unido, el Partido Colorado en Paraguay e incluso durante los primeros años de vida independiente de México existió un Partido Conservador.

Es interesante cómo en México la retórica presidencial y de tinte populista, en toda la extensión politológica de la palabra, ha logrado que los partidos se inclinen a la izquierda porque son llamados conservadores. Un caso paradójico puesto que desde 2016 el mundo ha presenciado una ola de nuevos conservadores sociales, por ejemplo, Donald Trump en Estados Unidos, Boris Johnson en el Reino Unido, Viktor Orbán en Hungría, Jair Bolsonaro en Brasil, Javier Milei en Argentina o Geert Wilders en Países Bajos.

México Republicano, ha rebasado esta barrera discursiva que ha mermado a los partidos políticos, lo cual es necesario reconocer. Mientras que algunos hablan de eliminar la visión de libre mercado de sus preceptos (PRI) y otros han perdido la brújula ideológica (PAN), un movimiento intenta llenar ese lugar. Es momento de definiciones y en política todos los espacios libres o propuestas guardadas sirven para posicionar una marca.

Otro aspecto relevante es que impulsan una visión pro estadounidense, es decir, que no pretenden alimentar las antiguas rivalidades entre México y la Unión Americana. Al contrario, aprovechan la vecindad y aspiran a la consolidación de un bloque regional económico que sea más competitivo en un mundo donde varios polos aspiran a consolidar una zona de influencia. Destaco esto, porque siempre que se les pregunta a los políticos sobre estos temas, no saben qué responder; lo hacen con tintes nacionalistas; o desarrollan posturas según el ambiente político.

La relación binacional no es cualquier cosa y ha sido esta falta de visión de la partidocracia mexicana. Mientras los problemas de seguridad, consumo de drogas, desarrollo económico y violencia, no sean abordados en una óptica de bloque, los resultados seguirán siendo los mismos. Asimismo, pugnan por una frontera segura, en la cual el Estado haga valer el estado de derecho para combatir el tráfico de personas. Por último, abordaré su emblema y su lema los cuales son interesantes porque cuentan con una gama de colores que les dan una apariencia seria.

En un círculo verde, blanco, rojo y azul, se engloba la frase México Republicano y en el centro de color gris aparece un águila de perfil. Considero importante esta sobriedad de colores y el escudo, puesto que su diseño se engloba más a un instituto Occidental y que es fácil de diferenciar de los otros partidos. Mientras tanto, su lema Libertad, grandeza y fuerza,dota al movimiento de un aura nueva y combativa. Un slogan atractivo que en tres palabras aglutina valores de la sociedad mexicana, pero que también son anhelos que no se han alcanzado a través de partidos tradicionales. La reconfiguración del tablero político, el ocaso de las fuerzas tradicionales y el ascenso de un movimiento puede ser una semilla que rinda frutos.

Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.

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