Y la invitación… nunca llegó

Es un hecho lamentable que quienes se encargan de resolver los medios de impugnación no fueron tomados en cuenta. Las hipótesis que me abordan son varias, por ejemplo, desde inicios de año el Tribunal ha estado inmerso en una división interna tras la destitución de Reyes Rodríguez Mondragón como presidente. La inestabilidad del órgano jurisdiccional ha hecho que la confianza se erosione en él y que sea visto más como un órgano político

Por: Sebastián Godínez Rivera

Los foros sobre la reforma judicial han concluido y más allá de la nula atención que les puso el oficialismo, muchas personas ignoraron la exclusión de las magistraturas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). A estas invitaciones acudieron trabajadores de este Poder, académicos, ministros y ministras, jueces y magistrados, pero no fueron requeridos los jueces electorales.

En varias entrevistas la magistrada Janine Otálora y hasta la presidenta Mónica Aralí Soto Fregoso destacaron que estaban a la espera de las invitaciones. Al parecer esta nunca llegó, pero aquí hay una doble responsabilidad: 1) el oficialismo que montó una pantomima para oír las posturas que no serán tomadas en cuenta; y 2) la oposición tampoco hizo invitaciones a las magistraturas de la Sala Superior o las Salas Regionales. Los segundos argumentaron que sí se les invitó, pero que por la carga de trabajo declinaron la asistencia.

Es un hecho lamentable que quienes se encargan de resolver los medios de impugnación no fueron tomados en cuenta. Las hipótesis que me abordan son varias, por ejemplo, desde inicios de año el Tribunal ha estado inmerso en una división interna tras la destitución de Reyes Rodríguez Mondragón como presidente. La inestabilidad del órgano jurisdiccional ha hecho que la confianza se erosione en él y que sea visto más como un órgano político.

Asimismo, la fragmentación entre la magistrada Janine Otálora Malassis y el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón identificados como el bloque minoritario. Frente a la presidenta Mónica Aralí Soto Fregoso y los magistrados Felipe Fuentes Barrera y Felipe de la Mata Pizaña. En un contexto de erosión democrática y polarización, el TEPJF ha dinamitado sus propios cimientos, al punto que no existe una postura conjunta por parte de los integrantes de la Sala Superior.

Otro escenario es que la invitación no llegó debido a que el proceso electoral concurrente 2023-2024 no ha terminado, ya que faltan medios de impugnación por resolver. La participación de los jueces electorales hubiera generado tensiones con los actores políticos; no obstante, la parcialidad ha estado presente a lo largo de este sexenio como: la reunión entre el entonces diputado Sergio Gutiérrez Luna y la magistrada Mónica Soto; cuando los magistrados evitaron ir al informa de la ministra presidenta Norma Lucía Piña, lo que vaticinó la crisis en la Sala Superior.

Como se plantea en el libro Ni Tribunal, ni Electoral,  la crítica proviene de que éste ha sido un órgano parcializado e inestable desde su fundación. La presidencia ha sido rotativa constantemente, pero nunca como en este sexenio en el que casi todos los magistrados han presidido la Sala Superior, a excepción de Felipe de la Mata. Ante este escenario, el poder político sólo presenció la disputa entre sus integrantes y aguardó hasta que las aguas estuvieran más calmadas, como se dice coloquialmente.

Ante la crisis democrática y la andanada contra el Poder Judicial, los jueces electorales fueron aislados, pero también ignorados por los legisladores. Lamentablemente, estas pugnas solo dinamitaron los cimientos de este poder y han servido como un arma de doble filo para atacar a la Corte y todos los tribunales. Aunado a esto, se suma la reciente designación de la sexta magistratura que calificará el dictamen de la elección presidencial, Claudia Valle Aguilasocho.

Por otro lado, a pesar de las crisis internas hubiera sido valioso y necesario escuchar las diversas posturas de los magistrados. Independientemente si están a favor de la elección por voto popular o no; era necesario saber sus percepciones sobre las campañas judiciales, los reglamentos, la resolución de los juicios de impugnación y otras aristas técnicas que han surgido a lo largo del debate.

Lamentablemente, esto no sucedió y se les excluyó de estos foros en los cuales tanto la oposición como el oficialismo pasaron por alto. Ahora bien, son diversos los testimonios de magistrados quienes dijeron que estaban a la espera de una invitación la cual nunca llegó. Mientras México se hunde en una ola de autoritarismo, la totalidad del Tribunal Electoral mantuvo su silencio y en medio de las disputas post electorales.

Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.

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