El mitómano de Macuspana

La gente quiere al presidente, pero lo reprueban al momento de ejercer el poder o poner en práctica políticas públicas, esa es la realidad. El mandatario, también aprovechó para atacar al Poder Judicial y hacer una encuesta a mano alzada sobre si los jueces deben ser votados por la gente o designados por el ejecutivo y el Senado; ganó el sufragio directo, no podía saberse. Si analizamos con cientificidad la consulta, eso no es representativo, porque ni siquiera en el Zócalo están los 36 millones de votos que obtuvo Claudia Sheinbaum

Por: Sebastián Godínez Rivera

A lo largo de la historia han existido personajes que discrepan de la realidad e intentan cambiarla; por ejemplo, Calígula le declaró la guerra al mar y nombró cónsul a un caballo, Nerón quemó Roma mientras tocaba la lira; Hugo Chávez tras la tragedia de Trujillo dijo que forzarían al clima a respetar la revolución bolivariana; y Nicolás Maduro ha inventado un hackeo al Consejo Nacional Electoral que no le permite mostrar las actas y validar su triunfo, pero él dice que ganó.

Sin embargo, el 1 de septiembre López Obrador presentó su sexto informe en el Zócalo, símbolo del poder político. Lamentablemente el oriundo de Macuspana siente un placer por mentir, por engrandecer sus luchas y pintar un país que no existe. En su tradicional festival llenó de sus subordinados y acarreados el ejecutivo habló de un país que no existe; incluso si el cuentista inglés Lewis Carrol viviera podría escribir Lopitos y el país de las maravillas.

Debido a que ha optado por ignorar la realidad de un país, lo cual es una característica fundamental de los populistas, quienes tienden a crear escenarios los cuales no existen. Por ejemplo, el mandatario dijo que el IMSS-Bienestar funciona y es mejor que el sistema de salud de Dinamarca. Sin duda, esta expresión es una mentira y una falta de respeto para la gente que ha visto perecer a familiares y amigos por falta de medicinas, por no tener los insumos necesarios así como la destrucción de las sedes por las lluvias o los apagones en hospitales.

Su visión está errada y pretende vender un sistema de salud funcional que nada tiene que ver con un país de primer mundo como Dinamarca, pero que tampoco se acerca al de Brasil, el cual es funcional y de los mejores a nivel América Latina. No obstante, el presidente afirma que sus adversarios se burlarán de esto, pero es porque están en contra de su gobierno. Falso, a nadie en este país podría darle gusto que la ciudadanía muera por falta de medicamentos o porque los hospitales carecen de material para atender pacientes.

Lo cierto es que, es imposible creer una mentira de tal nivel, incluso sus seguidores quienes utilizan ese sistema de salud que tanto promueve, saben que no es cierto. El problema reside cuando la ideología es más potente que la realidad y las mentiras son aplaudidas porque el líder así lo dice. Nadie niega la popularidad del tabasqueño, empero, en  varias encuestas López Obrador aparece reprobado en materia de seguridad, salud, educación y otros rubros.

La gente quiere al presidente, pero lo reprueban al momento de ejercer el poder o poner en práctica políticas públicas, esa es la realidad. El mandatario, también aprovechó para atacar al Poder Judicial y hacer una encuesta a mano alzada sobre si los jueces deben ser votados por la gente o designados por el ejecutivo y el Senado; ganó el sufragio directo, no podía saberse. Si analizamos con cientificidad la consulta, eso no es representativo, porque ni siquiera en el Zócalo están los 36 millones de votos que obtuvo Claudia Sheinbaum.

El tabasqueño tiene un gusto por denostar la Ciencia Política y sus conceptos los cuales los ha deformado en aras de su sueño populista. Partiendo de sus definiciones simplistas de democracia o teoría del poder, pervirtiendo la participación directa con consultas mano alzada que no tienen ningún valor y negando la realidad en cada aspecto de su gobierno. Partiendo que López Obrador pasó 14 años en una licenciatura de 4 y con un promedio de 7, no se le puede exigir que sea capaz de hacer un buen análisis o que de perdida sea capaz de hablar bien y guardar rigurosidad en sus declaraciones, como presidente y politólogo.

Otro momento de su informe, fue en el que presumió que la corrupción se ha acabado y por eso alcanza para todo. Sin embargo, la realidad y los datos verdaderos son otros; más de la mitad de su gabinete ha sido señalado por casos de corrupción, así como el nepotismo. Por ejemplo, la familia Batres, Monreal, Alcalde y los mismos hijos, primos y hermanos del presidente han sido señalados por corrupción. En su gabinete Manuel Bartlett y el vocero Jesus Ramírez, María Elena Álvarez Buylla, Zoé Robledo entre otros.

La explicación es sencilla, la corrupción predomina en el ejecutivo porque no votamos al gabinete; quizá sí votamos a los integrantes de las carteras la corrupción se termina y la gente no se equivoca. ¿ Acaso no es el mismo argumento falaz que utiliza para promover la reforma judicial?. Sin embargo, si todos votamos al gabinete esto lo haría más eficiente y como están al servicio de la ciudadanía, luego entonces, dejarán de ser corruptos.

Lamentablemente, el domingo la capital del país se convirtió en el centro del informe de las mentiras; la gente solo aplaudió sin cesar al falso Calígula quien pintó un país que no existe. Las masas se han convertido en un mero apoyo político que no quiere o ha perdido la capacidad de cuestionar a un mitómano, a pesar de que las pruebas están frente a ellas. Así se despide el oriundo de Macuspana, entre mentiras y aplausos se baja el telón de un sexenio sostenido en la mentira y desinformación.

Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.

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