La caótica política comercial del Trump resta competitividad a la región de América del Norte frente a Asia: UNAM

Para el investigador del Instituto de Investigaciones Económicas, Moritz Alberto Cruz Blanco, la política comercial del presidente Donald Trump rompió el marco que rigió el comercio en la región de América del Norte y eso abre un sinnúmero de posibilidades. Los efectos reales de las medidas arancelarias no se conocen porque el conjunto de medidas tomadas por Estados Unidos es para nuestra nación y sus principales socios comerciales como Canadá, China y Europa. Eso dificulta conocer con precisión las afectaciones, afirma

UNAM 5Mar

Frente a la política comercial del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, es violatoria del T-MEC, y para la economía mexicana lo que sigue es la incertidumbre, pero también la oportunidad de replantear su estrategia de desarrollo, se dijo en la conferencia ¿Qué sigue para México a partir de los aranceles impuestos por Estados Unidos?

Redacción Círculo Rojo

A la pregunta ¿Qué sigue para México a partir de los aranceles impuestos por Estados Unidos?, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmaron que la política comercial del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que es caótica, violatoria del T-MEC, inhibe la inversión, debilita la relocalización de empresas (nearshoring) y resta competitividad a la región de América del Norte frente a Asia.

Para la economía mexicana, lo que sigue es la incertidumbre, pero también la oportunidad de replantear su estrategia de desarrollo, precisaron.

El investigador del Instituto de Investigaciones Económicas, Moritz Alberto Cruz Blanco, consideró que el marco que rigió el comercio en la región de América del Norte se rompió y eso abre un sinnúmero de posibilidades.

Durante la conferencia de prensa, refirió que los efectos reales no se conocen porque el conjunto de medidas tomadas por Estados Unidos es para nuestra nación y sus principales socios comerciales como Canadá, China y Europa. Eso dificulta conocer con precisión las afectaciones, expuso.

Recordó que el proceso de apertura comercial ha tenido más desventajas que beneficios para México; se esperaba que el país tuviera crecimiento por la vía de las exportaciones, pero no ha sido así, ya que despuntaron pero no han arrastrado al conjunto de la economía.

De ese modo, consideró que esta es una oportunidad para iniciar un camino alternativo, donde se apueste por el sector externo, pero de manera más importante por el mercado doméstico, a través de mayor inversión, de apoyo al sector productivo interno, y de incremento del poder adquisitivo, entre otros mecanismos.

Respecto a la posibilidad de una recesión, Cruz Blanco aclaró que se requiere saber cuánto tiempo durarán los aranceles o si serán selectivos. Aunque hay ciertos efectos en el congelamiento de proyectos de inversión, es difícil saber si se presentará.

Al dar la bienvenida a los expositores, Lorena Rodríguez León, directora de la Facultad de Economía (FE), expresó que vivimos un momento complicado, incluso para la región norteamericana y el mundo, y clave en la historia de la relación entre México y Estados Unidos.

Samuel Ortiz Velásquez, docente de la FE, estuvo de acuerdo en que el neoproteccionismo del mandatario estadounidense debe ser una oportunidad para replantear la estrategia de progreso de nuestro país.

El especialista en organización industrial, política industrial y comercio exterior, explicó que con una guerra arancelaria pierde la región de América del Norte frente a Asia. Hay que esperar la llamada de Trump y la presidenta de México, entre otros aspectos, para conocer cuál será el alcance de la medida arancelaria. Posiblemente estemos ante un acuerdo entre las partes.

Recordó que los años de apertura económica, el comercio y la inversión extranjera directa, no han impactado en los indicadores de avance de México, ya que mientras el comercio de manufacturas en los últimos 30 años creció a una tasa media de ocho por ciento y esa inversión en cinco por ciento, el producto interno bruto (PIB) y la productividad permanecen estancados.

Apuntó que para un replanteamiento del modelo de desarrollo, la clave es profundizar la estrategia nacional de industrialización (Plan México) y recuperar empleo en industrias como la textil, calzado o madera, que han perdido casi 250 mil puestos de trabajo. Consumo e inversión deben ser parte de la lectura ante una visión de catástrofe, incluidos los pronósticos de recesión de la economía, en caso de que se materialicen los aranceles de Estados Unidos, acotó.

Se asume que si se reduce la inversión extranjera directa y el comercio habrá un efecto en el crecimiento, pero la primera en los últimos 30 años ha representado apenas 2.5 por ciento del PIB, en tanto que la contribución de las exportaciones al crecimiento ha sido de cinco por ciento. El motor de la inversión fija bruta es la nacional, que en 2023 rozó el 25 por ciento del PIB, detalló.

En cuanto a la revisión del T-MEC, Ortiz Velásquez manifestó que hay que aprovechar la coyuntura y poner sobre la mesa aspectos como la infraestructura común para el progreso y la capacitación de la fuerza laboral, y que el tratado consista en una relación ganar-ganar para las partes firmantes.

Al hacer uso de la palabra, Ricardo Ramírez-Hernández, profesor de la Facultad de Derecho, enfatizó que las medidas tomadas por Estados Unidos son claramente violatorias de instrumentos suscritos por México, como es el aumento de aranceles en 25 por ciento. Por ello, esa debe ser la primera línea del discurso de nuestra nación: se violan las reglas que pactamos, en las que Estados Unidos estuvo de acuerdo.

Esto va más allá de un tema comercial; están relacionados asuntos como migración o narcotráfico, ante lo cual nuestro país debe solicitar que se acelere la revisión del acuerdo para mantener la discusión centrada en el aspecto comercial, y si se quieren cambiar las reglas, que se modifiquen, comentó.

Quien hasta hace unos días fuera juez del Órgano de Apelación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), panelista y asesor de las negociaciones del T-MEC, opinó que un incremento espejo de aranceles por parte de México no nos beneficiaría; lo que valdría la pena sería una elevación quirúrgica, es decir, en aquello que pueda influir en la administración de Trump para eliminar esa medida impositiva.

A su vez, el profesor de la Facultad de Contaduría y Administración, Juan Álvarez Villagómez, experto en aranceles y comercio exterior, refirió que se trata de una reforma fiscal por parte de Estados Unidos, porque aumenta tasas impositivas y amplía la hipótesis de causación del tributo para los productos mexicanos que ingresan a su territorio.

Quizá la manera de afrontarlo sea una contrarreforma de igual calado. Sin embargo, no debe tratarse de una modificación espejo, sino una reforma que incluya elementos internos, donde las empresas exportadoras tengan diversificación. Contamos con 46 mercados objetivo en el mundo, mediante 12 tratados de libre comercio. Se requiere ampliar la política arancelaria que permita llegar a todos ellos, apuntó.

Bajo la incertidumbre no es posible controlar la política arancelaria de México, pero una reforma fiscal interna en poder del Estado es controlable. Diversificación, reforma fiscal, evitar medidas espejo, son las palabras clave en este momento, acotó.

(Fotos UNAM)