Wilders: el nacionalista neerlandés

“No soy el Trump Holandés, sino Wilderes el holandés”. El líder del Partido de la Libertad (PVV) se ha hecho conocido por su llamativo peinado con un amplio volumen, aunado a sus posturas islamofóbicas, la denuncia de que Bruselas impone la política en Países Bajos y pugna por la defensa de las tradiciones neerlandesas. Tras los comicios de 2023, su partido se hizo con la mayoría en el parlamento, sin embargo, no con los suficientes para formar gobierno por sí solo

Godinez 28Abr1

Por: Sebastián Godínez Rivera

Mal llamado el Trump holandés y el único que ha respondido de forma tajante a este sobrenombre, No soy el Trump Holandés, sino Wilderes el holandés. El líder del Partido de la Libertad (PVV) se ha hecho conocido por su llamativo peinado con un amplio volumen, aunado a sus posturas islamofóbicas, la denuncia de que Bruselas impone la política en Países Bajos y pugna por la defensa de las tradiciones neerlandesas.

Tras los comicios de 2023, su partido se hizo con la mayoría en el parlamento, sin embargo, no con los suficientes para formar gobierno por sí solo. Esto es una característica de los países donde el jefe de gobierno es electo cuando se constituye la primera minoría o mediante una coalición. El triunfo de Geert Wilders cimbró a la Unión Europea (UE) porque desde la última década, las derechas nacionalistas han cobrado relevancia y presencia en varias naciones y en el Parlamento Europeo.

Para formar un gobierno se necesitan 76 escaños de los 150 que tiene el parlamento; la victoria del PVV no es una casualidad, sino que es producto de un largo proceso de erosión de la doctrina liberal. Asimismo, Europa ha sufrido en las últimas décadas la llegada de grandes migraciones, los cuales han devenido en incremento de la inseguridad y han dificultado la integración a la sociedad neerlandesa. Empero, Wilders adoptó una postura agresiva cuando un inmigrante marroquí asesinó a una joven en Amsterdam.

Derivado de estos eventos, nació el Partido de la Libertad en 2006 y en sus primeras elecciones ganó 9 escaños; pero con el paso del tiempo la eurofobia creció y esto se tradujo en votos. Su eslogan de campaña fue Devolvamos Holanda a los holandeses, lo que deja claro que el proyecto derechista busca reivindicar los valores, tradiciones y su cultura. Ante los ojos de muchos personajes, esto en automático lo asocia a la extrema derecha.

Es importante señalar que Wilders no es un europeísta, sino un nacionalista que busca blindar sus fronteras y con ello evitar el incremento de la inseguridad. Empero, en el terreno de la realpolitik, Wilders no fue seleccionado para ser el Primer Ministro, sino que al formar una coalición junto a otros partidos, se optó por otro personaje, porque el líder del PVV fue considerado muy radical y extremista en sus posiciones.

Cabe destacar que la construcción de una gran coalición no ha sido fácil, puesto que en días recientes los miembros de esta han tensado el gobierno, al punto de amenazar con la ruptura de la unión. Los partidos coaligados con el PVV son: el conservador-liberal Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), el centrista Nuevo Contrato Social (NSC) y el agrario y populista Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB).

Wilders es el socio mayoritario de la coalición, por lo tanto ha amenazado que de no aprobar los cambios para restringir el ingreso al país de inmigrantes, romperá la unión y convocará a comicios anticipados. Desde una óptica politológica, aquí reside la esencia de los parlamentarismos, los gobiernos de coalición y la fragilidad de estos regímenes. Durante muchos años la discusión entre presidencialismo y parlamentarismo ha estado centrada en la capacidad o no de formar gobiernos y su permanencia en el tiempo.

Autores como Juan Linz argumentaron que los presidencialismos eran propensos a la concentración del poder, mientras que los parlamentarismos son más eficientes. Por otro lado, politólogos como Jeffrey Weldon o Andrew Ellis en su momento cuestionaron la fragilidad de los gobiernos de gabinete y su constante parálisis debido a la falta de consensos. Más allá de la añeja discusión, lo cierto es que los Países Bajos están dejando al descubierto los procesos de negociación y presión de los integrantes de un gobierno.

Aquí también se analiza la capacidad de chantaje de los partidos, postulado por Giovanni Sartori; el PVV es el socio mayoritario y sabe que si rompe la coalición el gobierno caería. Mientras que sus otros coaligados también tienen una oportunidad de chantaje y que puede jugar a favor o en contra del gobierno de derechas que hoy rige a los Países Bajos. El endurecimiento de la limitación al asilo, es un tema que muchos pensarían que las derechas tendrían un consenso único, pero no ha sido así.

Por otro lado, la tensión no solo se ha trasladado a los partidos políticos que integran la coalición, sino que ha habido roces con el Poder Judicial. El tercer poder está asesorando al parlamento sobre la viabilidad de endurecer medidas y determinó que de impulsar estas medidas, saturaría a los encargados en las fronteras y los tribunales. Esto despertó la molestia en Wilders, quien dijo que no tomará en cuenta opiniones de burócratas no elegidos.

El que no se ha pronunciado es el Primer Ministro, Mark Rutte, sobre la viabilidad del proyecto, la permanencia del gobierno o las amenazas de Wilders en redes sociales. Este último señaló en un tweet que si no se pronuncia, hará que la gente tome una postura sobre el tema, haciendo alusión a convocar a nuevas elecciones. Como podemos ver, los Países Bajos están en ebullición y los próximos días serán cruciales en el devenir nacional y en su posición dentro de la UE.

Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.

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