Morgenthau, Carlos III y Canadá

El monarca destacó la importancia de la geopolítica en el mundo y declaró que desde la Segunda Guerra Mundial no enfrentaban una amenaza de tal magnitud. La analogía no solo es muestra de una retórica discursiva, sino que tiene un peso importante, puesto que refiere al ascenso de los totalitarismos durante el primer tercio del siglo XX. A esto, se suma que en el imaginario colectivo él mismo se posiciona como la cabeza del Reino Unido y la Commonwealth ante un adversario que tiene hambre de expansión

Godinez 2Jun

Por: Sebastián Godínez Rivera

El jefe de Estado de Canadá, el rey Carlos III, hizo una visita al país norteamericano en medio de las tensiones entre este país y Estados Unidos. Esto no es un hecho menor, puesto que desde que asumió el trono en 2022 no había pisado tierra de esta nación. Sin embargo, el discurso que pronunció para la apertura del parlamento canadiense.

El monarca destacó la importancia de la geopolítica en el mundo y declaró que desde la Segunda Guerra Mundial no enfrentaban una amenaza de tal magnitud. La analogía no solo es muestra de una retórica discursiva, sino que tiene un peso importante, puesto que refiere al ascenso de los totalitarismos durante el primer tercio del siglo XX. A esto, se suma que en el imaginario colectivo él mismo se posiciona como la cabeza del Reino Unido y la Commonwealth ante un adversario que tiene hambre de expansión.

También destacó el cambio de las relaciones entre el Primer Ministro, Mike Carney y el ejecutivo estadounidense, Donald Trump. Declaró que no habrá pasividad ante los embates y que ambos países están sufriendo una reconfiguración de las relaciones binacionales. Mientras Trump insiste en anexar o comprar Canadá para garantizar su seguridad, Carney ha sostenido que están listos para defenderse y mantener su independencia.

Tomar en cuenta a los dos perfiles y la disputa que sostienen implica analizar las visiones de ambos personajes y cómo se conciben en el entorno internacional. El politólogo alemán Hans Morgenthau, padre de la teoría realista en las Relaciones Internacionales destacó seis principios que son:

  1. La política se rige por leyes objetivas que tienen sus raíces en la naturaleza humana: es decir, responde a los intereses de la nación que están materializados en sus leyes y están encabezados por el jefe de Estado y/o de gobierno según corresponda.

En el caso expuesto párrafos atrás, es posible delimitar lo que rige la política de ambas naciones: de un lado está Donald Trump, quien insiste en anexar Canadá y con ello reivindica el Destino Manifiesto, Estados Unidos es la nación elegida por dios para convertirse en potencia; aunado a la Doctrina MonroeAmérica para los americanos, en la cual conciben al continente como su área de influencia y control.

Por otro lado, está Canadá de la mano del jefe de Estado, Carlos III, quien desde la Commonwealth concibe a este país como parte de la familia británica y es su deber garantizar la protección e independencia. Asimismo, el Primer Ministro, Mike Carney, como encargado de la política interior y exterior, se ha posicionado con un discurso más confrontativo y de defensa.

  • El interés en términos de poder es el objetivo principal de la política internacional: la política exterior es la muestra del poder ya sea político, militar, económico y hasta cultural entre iguales o desiguales. Las negociaciones y disputas se conducen mediante los intereses.

El poder está presente en todos los ámbitos desde que surgieron las sociedades y es lo que ha detonado los principales conflictos. En este caso en particular, es una lucha entre naciones que tienen dos objetivos: 1) Canadá no quiere ser rebajada a un Estado más de la Unión Americana, luego entonces, hace una defensa de su soberanía; esto es posible porque no tiene una dependencia económica de su vecino como otros países; y 2) Estados Unidos aspira no solo a mantener el control de la región norteamericana, sino que aspirara a acrecentar su poder en medio de un mundo que sufre diversas conflagraciones que configuran un mundo multipolar.

  • El interés en poder es objetivo y universal, pero no fijo, hay lugar para los matices: este es uno de los postulados más polémicos, puesto que durante mucho tiempo se ha tratado de vender que las relaciones internacionales son acuerdos entre pares y para tender lazos de amistad.

Desde la teoría realista se menciona que los países siempre tienen objetivos, que si bien estos no son fijos, porque el momento político puede hacerlos cambiar. Canadá durante mucho tiempo ha sido visto como un vecino amable e inofensivo, sin embargo, derivado de las amenazas expansionistas y arancelarias, sacó a relucir su rostro patriota en términos económicos y se quitó la imagen de pasividad.

Por otro lado, Estados Unidos que era visto como el faro de la democracia, hoy ha decidido alejarse de los principios liberales y acercarse a los autoritarismos. No es novedad el hambre expansionista, pero si sorprenden las posturas agresivas que sostiene con aliados y la pasividad frente a sus adversarios como Rusia y Turquía.

  • El realismo reconoce la trascendencia moral de la acción política, pero no la subordina a ella: ligado a lo anterior, El realismo reconoce que la moralidad es una forma de ser políticamente correcto, pero que esta nunca va a predominar sobre los intereses de las naciones, puesto que lo que mueve las relaciones internacionales es el poder, ligado a los intereses internos y externos.
  • El realismo es profundamente diferente de otras corrientes de pensamiento, este principio está enfocado más al ámbito académico que práctico. Esta teoría desnuda las motivaciones de los países y los expone ante el lente científico. El realismo no es una corriente de pensamiento, al contrario, es una herramienta para el análisis político.
  • La política internacional es autónoma y debe analizarse en su propio ámbito, esto se refiere a que no puede mezclarse con otros temas, que si bien pueden tener injerencia, no pueden ser leídas como un todo de un país o que esta influye en otros aspectos, sino que las relaciones internacionales deben ser entidades por su momento, contexto y actores.

En conclusión, la teoría realista sirve para entender el tablero geopolítico y en el caso de este texto tener una lectura de algunos actores inmersos en la relación binacional Canadá-Estados Unidos. La visita de Carlos III no debe ser leída como una más, sino como elemento del engranaje exterior de los canadienses y estadounidenses en medio de una disputa expansionista vs la soberanía de otra nación.

Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.

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