El Tribunal no se toca y los magistrados no se votan

Los embates contra los magistrados, no son más que parte de la estrategia presidencial para dinamitar a la institución y hacer campaña con ello. Los reclamos presidenciales se sostienen en que quieren silenciarlo, sacan de contexto sus expresiones o están al servicio de los poderosos, lo cual es mentira. Las decisiones se toman en base a tesis y jurisprudencias que les permiten analizar los hechos y tomar una decisión, lo cual a los ojos de la presidencia son intentos de censurar la libre expresión

Por: Sebastián Godínez Rivera

La temperatura electoral está en aumento y el presidente lo sabe, ya que ha iniciado un ataque contra el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), no es un hecho menor, ya que lleva dos semanas consecutivas cuestionando sus resoluciones, señalando que no defienden la democracia y pidiendo sus renuncias. Sin duda, estamos en un momento crítico, en el cual los politólogos Daniel Ziblatt y Steven Levitsky dirían que así muere la democracia mexicana.

Otra institución electoral está siendo asediada por el ejecutivo, empero, esto no es un hecho aislado debido a que el TEPJF forma parte del Poder Judicial, el cual ha sido catalogado por el propio mandatario como un vestigio del conservadurismo. Luego de que el tribunal determinara que las declaraciones contra Xóchitl Gálvez constituyen Violencia Política en Razón de Género, el presidente enfureció y los acusó de censura.

Las descalificaciones han llegado al punto de cuestionar su moral y pedir sus renuncias, específicamente a los magistrados. Para efectos pedagógicos, el Ejecutivo se refiere a la Sala Superior del Tribunal, la cual es la máxima instancia en decisiones jurisdiccionales y está constituida por 7 magistraturas; los magistrados Reyes Rodríguez Mondragón, Felipe de la Mata Pizaña, Alfredo Fuentes Barrera, José Luis Vargas Valdés, Indalfer Infante Gonzáles y las magistradas Janine Otálora Malassis y Mónica Soto Fregoso.

Este tipo de juicios sumarios han escalado, al acusar presuntamente al magistrado presidente de ser ex asesor de Felipe Calderón, sin embargo, no se han presentado las pruebas. Para eso el presidente ha amagado con ganar la mayoría calificada en 2024 para proponer una iniciativa en la cual, el pueblo elija por voto popular a ministros y magistrados, lo cual no es más que un ataque contra la independencia judicial, la división de poderes y al régimen democrático.

A los ojos de los simpatizantes del morenismo es muy atractiva, pero está sustentada en una deformación de lo que se considera democracia. En el discurso se propone votar a los magistrados, ya que esto les daría legitimidad de la cual carecen, según los oficialistas. No obstante, el método por el cual son designados garantiza cierto nivel de independencia en sus decisiones y es una forma para mantener el equilibrio de los poderes.

Los embates contra los magistrados, no son más que parte de la estrategia presidencial para dinamitar a la institución y hacer campaña con ello. Los reclamos presidenciales se sostienen en que quieren silenciarlo, sacan de contexto sus expresiones o están al servicio de los poderosos, lo cual es mentira. Las decisiones se toman en base a tesis y jurisprudencias que les permiten analizar los hechos y tomar una decisión, lo cual a los ojos de la presidencia son intentos de censurar la libre expresión, la cual está limitada para los funcionarios públicos.

Este texto es para invitar a la reflexión a la sociedad, nuestras instituciones son perfectibles, pero deben ser reformadas con objetividad, sin sesgos ideológicos y sin las emociones partidistas. Así como se defendió al INE, porque es el árbitro de los procesos electorales, hoy también debemos alzar la voz por el tribunal, no por los magistrados, por la institución que resuelve los conflictos poselectorales, que califica elecciones y valida los resultados.

Recordemos que hace unos meses el oficialismo y los partidos de la oposición, a excepción de Movimiento Ciudadano, quisieron impulsar una iniciativa para limitar las funciones del TEPJF y no pasó debido a la presión que hicieron los medios de comunicación, la academia y la sociedad. No dejemos que las instituciones que tanto costaron construir sucumban ante el populismo. La democracia mexicana se construyó a base de sangre y violencia, no podemos entregarla porque no ha dado los resultados esperados.

Además, la defensa del tribunal no es por los sueldos, las burocracias o por privilegios que señala el oficialismo, es por la institución y por su labor. México lleva viviendo 30 años en democracia y aún está en construcción, nuestras instituciones son jóvenes y como sociedad debemos de fortalecerlas. Por eso estimados lectores, quiero invitarles a la reflexión y al estudio de la democracia, el discurso simplista es atractivo, pero hay temas que tienen una razón de ser, no tiene que ver con ideologías o partidos, sino con nuestro día a día.

Sebastián Godínez Rivera

Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.

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