De juristas a porristas
Al analizar la retórica de estos tres personajes contra la Corte, podemos dar seguimiento al hilo conductor y todo nos lleva al Presidente. En pleno proceso electoral, Morena pretende hacer promoción de su reforma judicial a través de un linchamiento mediático contra las y los jueces. No ha gustado que la ministra presidenta Norma Piña garantice la independencia y la protección de la ley
Por: Sebastián Godínez Rivera
Estos días el oficialismo ha arreciado los ataques contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), desde la máxima tribuna López Obrador ha señalado de parcialidad y reducto del conservadurismo al Poder Judicial; el ex ministro Arturo Zaldívar insiste que la investigación que tiene abierta por tráfico de influencias es una persecusión política; y la candidata oficialista, Claudia Sheinbaum ha mencionado que esto es una cacería de brujas.
Al analizar la retórica de estos tres personajes contra la Corte, podemos dar seguimiento al hilo conductor y todo nos lleva al Presidente. En pleno proceso electoral, Morena pretende hacer promoción de su reforma judicial a través de un linchamiento mediático contra las y los jueces. No ha gustado que la ministra presidenta Norma Piña garantice la independencia y la protección de la ley.
Por otro lado, Sheinbaum y Zaldívar son apéndices del gobierno central que fungen como altoparlantes de las acusaciones presidenciales. La primera se ha mimetizado con la imagen del Ejecutivo, en aras de conseguir su popularidad y arrasar en las urnas, Sheinabum se ha convertido en un títere del lopezobradorismo y esto se comprueba con sus discursos, frases, acento tabasqueño y la continuidad con cambio que promete.
En este caso específico contra el Poder Judicial, la candidata debe esperar a que muevan los hilos del poder para que ella se pronuncie y ataque a la Corte. Mientras tanto, Zaldívar se ha ganado la etiqueta como el presidente de la Corte que utilizó su poder para alinear al máximo tribunal del país con Palacio Nacional, Recordemos que el ex ministro fue el responsable de:
- modificar la pregunta para la consulta que pretendía enjuiciar a los ex presidentes.
- junto con Julio Scherer, entonces Consejero Jurídico, fraguó la crisis que terminó con la destitución de la magistrada Janine Otálora de la presidencia del Tribunal Electoral.
- buscó extender su presidencia 2 años al frente de la Suprema Corte.
Dentro del marco de la lucha contra el Poder Judicial, la semana pasada se aprobó en el Senado la reforma a la ley de amparo, la cual implica que la Corte y los jueces no puedan invalidar proyectos o reformas. Durante el debate el senador Ricardo Monreal quien presume ser doctor en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) declaró en el pleno somos la mayoría y los jueces ejercer una tiranía de las togas, ¿cómo es posible que 8 ministros invaliden proyectos aprobados por una mayoría?
Si Monreal fuera un jurista o un académico serio entendería que los controles constitucionales y las barreras funcionales, conocido como división de poderes, establecidos por Montesquieu, Hamilton, Constant, Jay y Madison implican que el Poder Judicial obliga a los poderes ejecutivo y legislativo a cumplir con el marco jurídico. No existe una dictadura de las togas como dice el senador, lo que sí hay es un hambre por dinamitar los contrapesos de la república, diría el difunto Porfirio Muñóz-Ledo.
Monreal se ha convertido en un fanático más que ha dejado de lado las antiojeras académicas y de investigador para adoptar el traje de golpeador y bully contra el Poder Judicial. Sin embargo, su caso no es nuevo ya que ahí está el del propio Arturo Zaldívar quien en su momento fue uno de los jueces de avanzada en derechos humanos, pero optó por convertirse en un animador del oficialismo.
El senador debería revisar la literatura o sus discursos porque no existe una tiranía de las togas. Lo que quiso decir fue que Morena pretendía imponer la tiranía de la mayoría, como lo anunciaban los griegos al hablar de la demagogia. Un sistema en el cual la razón no es parte de la toma de decisiones y son las pasiones las que se sobreponen a la racionalidad.
Otro triste caso es para la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, quien fue parte del máximo tribunal y ahora funge como senadora de Morena. La jueza se ha pronunciado en defensa de esta reforma diciendo que esta ley no representa ningún retroceso para las garantías fundamentales. Dentro del mundo jurídico el amparo es una forma para proteger a los ciudadanos de los abusos del Estado.
Es lamentable que Sánchez Cordero manche su reputación como jurista, en aras de convertirse en porrista de los atropellos y la erosión democrática. Pareciera que cuando una las personas se unen a la 4T, dejan a un lado el prestigio y la sobriedad para transmutarse en integrantes de una secta que aplauden la destrucción institucional.
Finalmente uno de los casos más preocupantes y controvertidos es el de la ministra Lenia Batres Guadarrama, hermana del Jefe de Gobierno sustituto, Martí Batres y de la ex diputada federal Valentina Batres. Ha sido uno de los perfiles más controversiales de la Corte debido a su falta de conocimiento sobre las leyes y sus creencias de lo que debería ser esta. Su llegada de Batres puede ser vista como una beca, ante su nulo conocimiento de lo legal se entiende que va a tomar clases de eminencias del derecho, aunado a que su beca tendrá una duración de 15 años.
En conclusión, hemos visto cómo el fanatismo político conlleva a la trasmutación de personajes serios y con experiencia en diversos rubros. Sin embargo, esto es lo que gusta al oficialismo, que la racionalidad y la ley queden a un lado, siempre y cuando se garantice la justicia, pero una justicia ideologizada, autoritaria y que es impartida por el presidente de forma omnipotente.
La república y la división de poderes penden de un hilo y no es posible que personas que se hacen llamar juristas avalen los ataques contra el Poder Judicial. Quizá es porque estamos en proceso electoral y el presidente ha arrastrado la Corte al tablero político, para que sea través de sus dichos, sus hordas de fanáticos y los youtubers lopistas exploten los juicios sumarios contra las y los jueces en aras de ganar una mayoría calificada en el congreso
Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.
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