Peronismo, el mal perdedor
La realidad es que lo que Milei está poniendo en práctica son los principios libertarios de la economía de libre mercado, su desregulación y el adelgazamiento de la estructura estatal. Con esto se busca generar un balance y equilibrio a nivel nacional, por ende, el bolsillo de sus connacionales mejoraría. A pesar de que la izquierda latinoamericana lo ha atacado desde el inicio de su gobierno, Javier Milei goza con un amplio respaldo a sus políticas de austeridad
Por: Sebastián Godínez Rivera
Argentina en 2023 rompió con el ciclo de izquierdas en la región, la llegada de Javier Milei a la presidencia abrió un nuevo capítulo. Desde los primeros días de gobierno enfrentó oleadas de protestas de sindicatos, simpatizantes y la burocracia que el kirchnerismo dejó luego de ocupar 17 años la Casa Rosada.
La emergencia económica en el país ha generado que el mandatario tome políticas fuertes para detener el avance de la crisis. Argentina tiene un estado obeso, es decir, cuenta con muchas empresas del Estado que en su momento brindaron empleos a las y los argentinos. Asimismo, los sindicatos se fortalecieron durante las administraciones peronistas y son quienes han amagado al presidente Milei con salir a las calles y entorpecer su agenda de gobierno.
La realidad es que lo que Milei está poniendo en práctica son los principios libertarios de la economía de libre mercado, su desregulación y el adelgazamiento de la estructura estatal. Con esto se busca generar un balance y equilibrio a nivel nacional, por ende, el bolsillo de sus connacionales mejoraría. A pesar de que la izquierda latinoamericana lo ha atacado desde el inicio de su gobierno, Javier Milei goza con un amplio respaldo a sus políticas de austeridad.
Sin embargo, esto también ha generado la molestia en las filas del peronismo, quienes han decidido tomar las calles, mientras que los gobernadores opositores han declarado que si el presidente continúa con su proyecto, entonces impulsarán un juicio político. Es preocupante que los mandatarios de las provincias estén dispuestos a ellos, debido a que en democracia se gana y se pierde.
Un intento para deponer a Milei sería transgredir la voluntad de quienes votaron por él. En las últimas décadas hemos visto como principalmente algunos líderes de izquierda han descalificado a quienes votan por otras opciones, por ejemplo, Hugo Chávez y su derrota en el referéndum de 2004; el kirchnerismo en 2015 cuando ganó Mauricio Macri; López Obrador en México cuando en 2021 perdió la mayoría en el congreso y la Ciudad de México; Daniel Ortega en Nicaragua en 1990; Gustavo Petro en las municipales de 2023.
En democracia el abanico de opciones políticas brinda la oportunidad para que la gente vote por quien más le guste. En la Ciencia Política se le conoce como rational choice, es decir, elección racional y en ella se estudian las diversas formas en las que la gente emite su sufragio. Puede ser por tradición que se vote por un partido; por la simpatía ideológica; por un candidato en específico; o incluso para castigar al oficialismo.
En el caso argentino, el triunfo de Milei fue un hartazgo con el kirchnerismo que no pudo solucionar la crisis económica, así como la simpatía que despertó un candidato popular. Milei se convirtió en el primer libertario en llegar a la Casa Rosada y está dispuesto a impulsar un programa de reajuste que permita mejorar la calidad de vida de sus gobernados. Es válido que su agenda pueda ser cuestionada y contrastada con algunas otras, empero, no es permisible que por sus fobias hacia un mandatario se busque su destitución.
La civilidad y el comportamiento democrático son elementos que en varios países deben aprenderse y ponerse en práctica. Apostar por una destitución no solo habla de una falta de civilidad, sino que también es muestra de la intolerancia política hacia otras posiciones. El peronismo se muestra hostil hacia el gobierno actual y habla de una dictadura y un proyecto que busca implementar un gobierno autoritario.
Cuando en las urnas no se favorece a ciertos partidos o candidatos, entonces se implementa una retórica antielectoral y antidemocrática para justificar destituciones o frenos al poder en turno. La democracia no es una cuestión que deba solo respetarse si se favorece o no, los partidos y actores políticos están obligados a respetar y actuar dentro del marco normativo. Además, de que si se es oposición se debe comportar dentro de los cauces legales.
En Argentina veremos el desarrollo de la primera administración libertaria y será pertinente hacer un balance antes de criticar, juzgar o descalificar a un gobierno. Javier Milei enfrentará resistencia a su proyecto nacional y habrá que ver el desarrollo de este, aunado a la primera evaluación de las elecciones intermedias.
Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.
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