Canadá, México y China, reaccionan a la guerra comercial iniciada por Donald Trump y anuncian acciones en represalia
Poco después de la medianoche, el presidente Donald Trump inicia una guerra comercial contra los tres mayores socios comerciales de Estados Unidos, provocando represalias inmediatas de México, Canadá y China, al imponer aranceles del 25 por ciento a las exportaciones mexicanas y canadienses, aunque limitó el gravamen al 10 por ciento en productos energéticos canadienses. También duplica el arancel que impuso el mes pasado a los productos chinos al 20%

“Hoy, Estados Unidos lanzó una guerra comercial contra Canadá, su socio y aliado más cercano, su amigo más cercano. Al mismo tiempo, están hablando de trabajar positivamente con Rusia, apaciguando a Vladímir Putin, un dictador mentiroso y asesino. Que alguien me explique eso”, declara el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau
Redacción Círculo Rojo
Con la entrada en vigor este martes de nuevos aranceles a productos de exportación, el presidente Donald Trump inició una guerra comercial contra los tres mayores socios comerciales de Estados Unidos, provocando represalias inmediatas de México, Canadá y China, y sumiendo a los mercados financieros en una espiral descendente mientras que el país de las barras y las estrellas enfrenta la amenaza de un repunte en la inflación y una incertidumbre paralizante para las empresas.
Poco después de la medianoche, el mandatario estadounidense impuso aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas y canadienses, aunque limitó el gravamen al 10% en productos energéticos canadienses. También duplicó el arancel que impuso el mes pasado a los productos chinos al 20%.
Ante esto, Beijing respondió este día con aranceles de hasta el 15% sobre una amplia gama de exportaciones agrícolas estadounidenses. Además, amplió en unas dos docenas el número de empresas norteamericanas sujetas a controles de exportación y otras restricciones.
Mientras tanto, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, afirmó que su país impondrá aranceles a más de 100 mil millones de dólares en productos estadounidenses en el transcurso de 21 días.
Hoy, Estados Unidos lanzó una guerra comercial contra Canadá, su socio y aliado más cercano, su amigo más cercano. Al mismo tiempo, están hablando de trabajar positivamente con Rusia, apaciguando a Vladímir Putin, un dictador mentiroso y asesino. Que alguien me explique eso, declaró Trudeau.
Horas más tarde, el secretario de Comercio de la Unión Americana, Howard Lutnick, dijo que Estados Unidos posiblemente encuentre un punto de acuerdo con Canadá y México, y que el anuncio podría darse incluso a partir del miércoles.
Entrevistado en Fox Business News, Lutnick afirmó que no se suspenderán los aranceles, pero que Trump encontraría terreno en común: Pienso que lo resolverá, ustedes hacen más, y de alguna manera encontramos un punto de acuerdo, señaló.
En tanto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció que el próximo domingo 9 de marzo, en asamblea pública en el Zócalo de la Ciudad de México, su gobierno responderá con sus propios impuestos sobre productos estadounidenses.
La demora de la presidenta Sheinbaum en responder al gobierno de Washington, podría ser indicativo de que México aún conserva la esperanza de desescalar la guerra comercial de Trump.
Sin embargo, Trump está dejando de lado las políticas de libre comercio que Estados Unidos buscó durante décadas después de la Segunda Guerra Mundial. Argumenta que la práctica le costó millones de empleos de manufactura a su país y que los aranceles son el camino hacia la prosperidad nacional. Rechaza las opiniones de los economistas convencionales, quienes sostienen que tal proteccionismo es costoso e ineficiente.
Los impuestos sobre las importaciones son un arma muy poderosa que los políticos no han utilizado porque eran deshonestos, estúpidos o recibían pagos de alguna otra forma. Y ahora los estamos utilizando, dijo Trump el lunes.
El economista de la Universidad de Dartmouth, Douglas Irwin, autor de una historia de la política arancelaria de Estados Unidos de 2017, ha calculado que los aumentos del martes elevarán el arancel promedio de Estados Unidos del 2.4% al 10.5%, el nivel más alto desde la década de 1940. Sin duda estamos en una nueva era, refirió.
Después de que Trump dijo que no había espacio para negociaciones que pudieran reducir los aranceles, los mercados estadounidenses cayeron drásticamente el lunes, y los precios de las acciones cerraron mayormente a la baja hoy martes, tras la entrada en vigor de las medidas arancelarias
El Laboratorio de Presupuesto de la Universidad de Yale, calcula que los aranceles equivalen a un aumento de impuestos de entre mil 400 y mil 500 billones de dólares durante diez años y afectarían desproporcionadamente a los pobres, aunque Trump ha dicho que los aranceles tienen como objetivo abordar el tráfico de drogas y la inmigración ilegal. Pero también ha afirmado que los aranceles solo disminuirán si se reduce el déficit comercial de Estados Unidos.
El presidente estadounidense, ha inyectado una volatilidad a la economía mundial, causando un desequilibrio mientras la población se pregunta qué hará a continuación.
En opinión del copresidente de la práctica de comercio internacional en el despacho de abogados Perkins Coie, Michael House, durante su primer mandato Trump impuso aranceles únicamente después de realizar investigaciones a fondo, por ejemplo, en las implicaciones para la seguridad nacional sobre la dependencia en el acero extranjero.
Pero después de que el mes pasado declaró una emergencia nacional con el flujo de inmigrantes y drogas ilícitas a través de las fronteras de Estados Unidos, puede modificar estos aranceles con un simple trazo de su pluma, lo cual es caótico, dijo House.
Los legisladores demócratas, en tanto, no tardaron en criticar los aranceles: Donald Trump no es un rey, dijo el representante Gregory Meeks, el demócrata de mayor rango en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes.
Los presidentes no pueden inventar emergencias para justificar malas políticas. Abusar de los poderes de emergencia para librar una guerra económica contra nuestros aliados más cercanos no es liderazgo, es peligroso, agregó.
Incluso algunos senadores republicanos expresaron su preocupación. La economía de Maine y Canadá están integradas, dijo la senadora Susan Collins, explicando que gran parte de las langostas y arándanos del estado se procesan en Canadá y luego se envían de regreso a Estados Unidos.
Alan Russell, director de Tecma, una empresa que ayuda a las fábricas a establecerse en lugares como Ciudad Juárez, se mostró escéptico en que los aranceles de Trump traigan de vuelta la manufactura a Estados Unidos.
Nadie va a mover su fábrica hasta que tenga certeza, dijo Russell. Apenas la semana pasada, al señalar que Tecma ayudó a un fabricante de Carolina del Norte que se mudó a México, porque no pudo encontrar suficientes trabajadores en Estados Unidos.
(Fuente Agencias/Fotos X/Twitter)