Cardenal Re destaca cercanía al pueblo y legado de misericordia del papa Francisco, al presidir la misa exequial por el difunto pontífice

“Fue un Papa en medio de la gente con el corazón abierto hacia todos; estableció un contacto directo con las personas y con los pueblos, deseoso de estar cerca de todos, con especial atención hacia las personas en dificultad. La guerra no es más que muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas. La guerra siempre deja al mundo peor de como era en precedencia: es para todos una derrota dolorosa y trágica”, de la resume y recuerda el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio

Poderoso y humilde 26Abr

“El papa Francisco siempre puso en el centro el Evangelio de la misericordia, resaltando constantemente que Dios no se cansa de perdonarnos: Él perdona siempre”, refiere el cardenal Giovanni Battista Re, durante la homilia el honor del Pontífice argentino, fallecido el pasado lunes 21 de abril

Redacción Círculo Rojo

Bajo el cielo claro de esta mañana de sábado 26 de abril, la Plaza de San Pedro fue escenario de la santa misa exequial por el difunto papa Francisco, quien murió a las 7:35  horas del pasado lunes, a la edad de 88 años, a causa de un infarto cerebral y posteriormente un colapso cardiocirculatorio irreversible, escribió el director de sanidad e higiene del Vaticano, Andrea Arcangeli, en el acta de defunción del Santo Padre.

En una ceremonia sobria, como el mismo Francisco lo dispuso, y ante más de 200 mil personas reunidas para despedir al Pontífice argentino, el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, trazó en su homilía un retrato profundo y entrañable del Santo Padre, resaltando su legado de humildad, cercanía y servicio.

Estamos reunidos en oración en torno a sus restos mortales con el corazón triste, pero sostenidos por las certezas de la fe, expresó el cardenal Re al inicio de su reflexión, evocando no solo el duelo de la Iglesia, sino también su esperanza. La existencia humana no termina en la tumba, sino en la casa del Padre, en una vida de felicidad que no conocerá el ocaso, dijo.

Delegaciones de decenas de países, líderes de otras confesiones religiosas y miles de fieles de todo el mundo llenaron la Plaza de san Pedro, para rendir homenaje al 266 Papa de la Iglesía católica, elegido el 13 de marzo de 2013. 

La masiva manifestación de afecto y participación que hemos visto en estos días […] nos muestra cuánto ha tocado mentes y corazones el intenso pontificado del Papa Francisco, destacó el cardenal Re.

Uno de los momentos más emotivos de la homilía fue el recuerdo de la última aparición pública del Santo Padre: Su última imagen, que permanecerá en nuestros ojos y en nuestro corazón, es la del pasado domingo, solemnidad de Pascua, cuando el Papa Francisco, a pesar de los graves problemas de salud, quiso impartirnos la bendición desde el balcón de la Basílica […] en un último abrazo con todo el Pueblo de Dios, recordó el cardenal.

Inspirado en el Evangelio proclamado durante la misa, el Decano del Colegio Cardenalicio vinculó la figura del papa Francisco con la del apóstol Pedro, el primer pontífice: Será esta la tarea constante de Pedro y de sus sucesores, un servicio de amor a imagen de Cristo, Señor y Maestro, que ‘no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud’.

Y ese camino del servicio, afirmó el cardenal, fue precisamente el que eligió Francisco. A pesar de su fragilidad y sufrimiento final, el papa Francisco eligió recorrer este camino de entrega hasta el último día de su vida terrenal. Como el buen pastor, amó a sus ovejas hasta dar por ellas su propia vida”, remarcó, citando a su vez al apóstol Pablo: La felicidad está más en dar que en recibir.

El cardenal Re, repasó también los momentos decisivos en la vida del Pontífice argentino: su elección como sucero de Pedro el 13 de marzo de 2013, su paso por la Compañía de Jesús, y sus más de dos décadas de servicio pastoral en Buenos Aires. Destacó la elección de su nombre, Francisco, como una decisión programática y de estilo, inspirada en San Francisco de Asís y que marcaría el rumbo de su pontificado.

Fue un Papa en medio de la gente con el corazón abierto hacia todos, resumió Re. Su modo pastoral, añadió, estableció un contacto directo con las personas y con los pueblos, deseoso de estar cerca de todos, con especial atención hacia las personas en dificultad.

Uno de los ejes centrales de la homilía fue el énfasis del papa Francisco en la misericordia, un concepto que definió su pontificado. El papa Francisco siempre puso en el centro el Evangelio de la misericordia, resaltando constantemente que Dios no se cansa de perdonarnos: Él perdona siempre, dijo el cardenal Re, al resaltar que esa convicción fue la que motivó el Jubileo Extraordinario de la Misericordia en 2015-2016, en el que proclamó que la misericordia es el corazón del Evangelio.

Francisco, también fue recordado por su atención a los excluidos: Innumerables son sus gestos y exhortaciones a favor de los refugiados y desplazados, dijo el cardenal Re, evocando su primer viaje a Lampedusa, símbolo de los dramas migratorios, y su valiente visita a Irak en 2021, donde esa difícil Visita Apostólica fue un bálsamo sobre las heridas abiertas de la población iraquí.

El papa Francisco fue un hombre profundamente sensible a los dramas actuales, que realmente compartió las preocupaciones, los sufrimientos y las esperanzas de nuestro tiempo de globalización, refirió.

Su mensaje, continuó, supo llegar al corazón de las personas de forma directa e inmediata, y su carisma fue capaz de despertar las fuerzas morales y espirituales de una humanidad necesitada de consuelo y guía, resaltó.

En su incansable defensa de la paz, Francisco denunció con firmeza la lógica de la guerra: La guerra no es más que muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas. La guerra siempre deja al mundo peor de como era en precedencia: es para todos una derrota dolorosa y trágica, enfatizó el purpurado.  

En ese espíritu, Francisco promovió la cultura del encuentro frente a la cultura del descarte, y proclamó con insistencia: Construir puentes y no muros. El primado de la evangelización fue la guía de su Pontificado, recordó también el cardenal Re, aludiendo a Evangelii gaudium, su primera exhortación apostólica, donde llamó a los fieles a anunciar el Evangelio con alegría y esperanza.

Hacia el final de la prédica, el cardenal Re mencionó una de las frases más características del papa Francisco: No se olviden de rezar por mí. Y, con voz entrecortada, añadió: Querido Papa Francisco, ahora te pedimos a ti que reces por nosotros y que desde el cielo bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma, bendigas al mundo entero.

Con ese mensaje de gratitud y esperanza, la Iglesia universal despidió al 266 sucesor de Pedro: un pastor sencillo, un servidor apasionado del Evangelio y un hombre que –como él mismo soñaba– supo vivir y morir con olor a oveja.

(Fuente Vatican News)