¿Dónde está Kissinger?

Henry Kissinger, fue uno de los principales impulsores de tender relaciones entre Estados Unidos y China, materializadas con la visita del presidente Richard Nixon y Mao Tse Tung. También influyó en la política sobre la Guerra de Vietnam, la descolonización del sureste asiático, tendió puentes con los nacientes países africanos y acercó a la Unión Americana

Por: Sebastián Godínez Rivera

Durante el siglo XX, Henry Kissinger fue uno de los políticos más sagaces a nivel internacional y fue arquitecto del orden bipolar durante el periodo de la Guerra Fría. Es un político e intelectual cuestionado por la izquierda y lo señala de terrorismo, genocida y artífice de los golpes de estado.

Más allá de las fobias que puede suscitar, es importante hacer un análisis de su trabajo político y académico, ya que guste o no, fue uno de los arquitectos del orden internacional del siglo pasado. Por otro lado, sus libros son de los más leídos y consultados por politólogos e internacionalistas; su última publicación antes de morir titulada Liderazgos es un acercamiento a los políticos como Charles DeGaulle, Mao Tse Tung, Margaret Thatcher, entre otros, para conocer las decisiones y el contexto que vivía el orbe.

Kissinger, fue uno de los principales impulsores de tender relaciones entre Estados Unidos y China, materializadas con la visita del presidente Richard Nixon y Mao Tse Tung. También influyó en la política sobre la Guerra de Vietnam, la descolonización del sureste asiático, tendió puentes con los nacientes países africanos y acercó a la Unión Americana con Europa Occidental. Sin embargo, la relación con América Latina está llena de claroscuros.

Con México, durante su encargo de Secretario de Estado, siempre tuvo una relación de cordialidad e incluso elogió el sistema político mexicano durante la hegemonía priista. La cruzada contra el anticomunismo se volvió pilar de la relación México-Estados Unidos. Después ya convertido en articulista en The Washington Post durante los años 80, advertía sobre los riesgos de la ruptura del partido oficial y la aparición del socialismo dentro del sistema político que pretendía frenar el proyecto de liberalización económica.

Henry Kissinger, consideraba que los denominados países del Tercer Mundo que no contaban con una democracia plena debían optar por sistemas herméticos que mantuvieran la paz social, por eso su admiración hacia el sistema hegemónico. Por otro lado, el Departamento de Estado se mostró más hostil con los gobiernos revolucionarios como el de Cuba; la guerrilla sandinista en Nicaragua y los gobiernos de corte nacionalista desarrollista de Argentina, Chile, Brasil y Uruguay.

Su frase célebre fue No veo por qué tenemos que esperar y permitir que un país se vuelva comunista debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo,como argumento para impulsar la política de orden en otros países. Durante las décadas de los 60 y 70, estallaron los grupos de izquierda revolucionaria en varios países impulsados por la Unión Soviética y la Cuba castrista. Los atentados contra políticos, secuestros y robos fueron técnicas que utilizó la guerrilla, argumentando que la democracia era un método burgués.

Se le señala de respaldar las dictaduras de Augusto Pinochet en Chile; la Junta de Reorganización Nacional de Argentina; el acercamiento con Alfredo Stroessner en Paraguay; y la implementación del Plan Cóndor, para perseguir opositores en Bolivia, Uruguay y otras naciones.

Asimismo, jugó un papel de duplicidad al respaldar a regímenes militares, pero frente a las cámaras habló del respeto a los Derechos Humanos. Es imposible negar el papel de Kissinger en actos como estos, pero hay una serie de preguntas que serían importantes, si viviera, que respondiera e ilustrara acerca del siglo XXI a través de su visión de Estado.

Sobre los regímenes autocráticos de la región como la Nicaragua de Daniel Ortega; el chavismo en Venezuela y la dictadura cubana que no se ha derrumbado desde 1959 ¿Qué diría sobre estos países y sus líderes? ¿Haría alguna sugerencia para que estos países recuperaran su libertad? El caso más interesante sería sobre Cuba, debido a que él promovió la derrota de Castro e intentó frenar su influencia en Latinoamérica.

Por otro lado, si escribiera o se le entrevistara acerca de los populistas que hoy gobiernan la mayor parte de los países, ¿Cuál sería su opinión y diagnóstico sobre los líderes carismáticos como el colombiano Gustavo Petro, Lula Da Silva en Brasil, Rodrigo Cháves de Costa Rica y López Obrador en México? ¿sería permisivo con la retórica nacionalista y antiestadorunidense que impulsan estos personajes?. Principalmente en el caso mexicano, Kissinger ¿elogiaría la destrucción institucional, el autoritarismo y las pretensiones de un sistema hegemónico?

En cuanto a los nuevos líderes que toman el poder como Nayib Bukele de El Salvador; Javier Milei en Argentina o el expresidente Jair Bolsonaro de Brasil ¿Es la solución un liderazgo fuerte? ¿El acercamiento con Estados Unidos es síntoma de colaboración, los percibe como radicales o elogia su política de mano dura? Al ver esta diversidad de liderazgos en la región y la multiplicidad de izquierdas que gobiernan ¿Son dañinas o benéficas para la región? ¿Cómo lo ven los Estados Unidos?

El ex secretario de Estado se volvió a los ojos de los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford, uno de los alfiles más eficaces y eficientes para analizar la cuestión latinoamericana. Sus métodos marcarán su carrera como actor político, sin embargo, reducir su imagen a la de un criminal como pregona la izquierda, es simplista y parcial. Kissinger fue el académico, el político y el artífice de la diplomacia global del siglo XX.

Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.

Lo expresado en este espacio es sólo responsabilidad del que escribe, no refleja la política de Círculo rojo: el encuentro con la noticia. Cualquier reclamación, legal o civil, deberá de hacerse directamente con el autor. Los colaboradores laboran de forma voluntaria y personal sin alguna relación de trabajo ni comercial  con este medio de comunicación