Demócratas piden a Trump que testifique bajo juramento en su juicio que inicia el 9 de febrero

Los acusadores dijeron que Trump debe explicar por qué él y sus abogados han cuestionado denuncias de hechos clave que son centrales para el caso. La petición de los demócratas pone de manifiesto su intención de presentar un caso agresivo contra el ex presidente aunque ya no esté en la Casa Blanca

Los legisladores demócratas en la Cámara de Representantes exigieron este jueves al ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que testifique bajo juramento en su inminente juicio en el Senado que empieza el 9 de febrero por incitar a una turba de partidarios suyos a tomaron por asalto el Capitolio el 6 de enero.

Los acusadores dijeron que Trump debe explicar por qué él y sus abogados han cuestionado denuncias de hechos clave que son centrales para el caso. La petición de los demócratas pone de manifiesto su intención de presentar un caso agresivo contra el ex presidente aunque ya no esté en la Casa Blanca.

En la carta, el representante Jamie Raskin, uno de los legisladores acusadores, pide que Trump declare antes o durante el juicio político en el Senado y bajo interrogatorio sobre su conducta el 6 de enero, y que lo haga entre el lunes 8 y el jueves 11 de febrero próximos.

Raskin dijo que Trump cuestionó hechos críticos en el caso a pesar de las pruebas claras y abrumadoras de su infracción constitucional.

A la luz de su cuestionamiento de estas denuncias de hechos, lo invito a declarar bajo juramento, sea antes o durante el juicio político el Senado, acerca de su conducta el 6 de enero de 2021, escribió Raskin.

Agregó que si Trump se niega a declarar, los legisladores acusadores utilizarán su negativa como prueba en su contra en el juicio, un argumento similar al empleado por los demócratas en el juicio del año pasado, cuando muchos funcionarios de Trump hicieron caso omiso de las órdenes de comparecencia.

Mientras un presidente en funciones podría presentar el argumento de que se le distrae de sus deberes oficiales, evidentemente es inaplicable aquí, escribió Raskin.

Juicio político, improcedente

Mientras tanto, en este intercambio de posicionamientos entre acusadores y defensores, los abogados de Donald Trump plantearon que el juicio político al ex presidente es improcedente, y rechazan las afirmaciones de los demócratas de que la toma del Capitolio hizo peligrar la línea sucesoria de la presidencia.

En cuanto a quién es el responsable de los disturbios en el Capitolio, los demócratas atribuyen toda la culpa a Trump. Lo acusan de haber creado un barril de pólvora, encendido la mecha y luego trató de sacar ventaja personal del caos que siguió. Afirman que sería imposible imaginar los disturbios sin el aliento de Trump a la turba y destacan que la representante republicana Liz Cheney avaló esa visión de lo ocurrido.

Los abogados de Trump, por su parte, sostienen que el ex presidente jamás empujó a la gente a incurrir en un comportamiento destructivo. Admiten que la invasión del Congreso, que provocó varias muertes y heridos, fue ilegal. Pero dicen que la responsabilidad recae en los manifestantes, que están siendo debidamente investigados y juzgados.

Libertad de expresión

Los abogados de Trump no niegan que el ex presidente les dijo a sus partidarios que diesen pelea antes del asedio al Congreso. Acotan, no obstante, que el mandatario está amparado por la Primera Enmienda, que protege su derecho a expresar su sentir de que los resultados de las elecciones fueron dudosos.

Los demócratas opinan distinto. Para empezar, dicen que la Primera Enmienda está pensada para proteger a los ciudadanos del gobierno, no para permitir que los funcionarios abusen de su poder. Y que, si bien un ciudadano privado puede tener el derecho a promover el totalitarismo o a derrocar un gobierno, nadie en su sano juicio diría que un presidente que asumió esas posturas es inmune a un juicio político.

La sucesión

Quienes promueven el impeachment dicen que los partidarios de Trump, empujados por el ex mandatario, pusieron en peligro a los legisladores, que escaparon de sus cámaras cuando la turba ingresó al Congreso.

Incluida la primera línea de sucesión de Trump: el vicepresidente Mike Pence, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el presidente pro tempore del Senado Chuck Grassley, quienes tuvieron que esconderse.

La conducta de Trump hizo peligrar la vida de todos los miembros del Congreso, y comprometió la transición pacífica del poder y la línea de sucesión, subrayaron los demócratas en su presentación

La presentación detalla escalofriantes amenazas a Pence y Pelosi mientras los invasores saqueaban el edificio y buscaban específicamente a esas dos figuras. Según el documento, que se basa en informes de prensa y videos, los sublevados gritaban ¡cuelguen a Mike Pence!, a quien tildaban de traidor porque se negó a cuestionar los resultados de las elecciones, como quería Trump. Se atribuye a una persona haber dicho que Pelosi hubiera sido despedazada de haber sido encontrada.

Los demócratas describen asimismo el terror que sintieron los legisladores y sus colaboradores durante el asedio. Algunos miembros (del Congreso) llamaron a sus seres queridos por temor a no sobrevivir al ataque de la turba de sublevados del presidente Trump, se dice en la acusación.

Negar, negar, negar

Ese es el mansaje del equipo de Trump, que emplea la palabra negó, o niega, 29 veces en una presentación de 14 páginas.

La gente de Trump dice que no se puede enjuiciar a alguien que ya no está en la Casa Blanca. Niega que haya incitado a sus partidarios a que apelasen a la violencia o que haya hecho algo ilegal en las semanas previas al 6 de enero o cuando ese mismo día arengó a la gente, convenciéndola, sin pruebas fehacientes, de que le habían robado la elección.

Cuando le dijo a la multitud que si no pelean como demonios, se van a quedar sin país, simplemente promovía la necesidad de luchar por la seguridad de las elecciones en general, dicen los abogados de Trump. No trataba de interferir con el conteo de los votos, a pesar de que le había pedido a Pence que hiciese precisamente eso.

Se niega que el presidente Trump haya comprometido la seguridad de Estados Unidos y de las instituciones del gobierno, escribieron. Se niega que haya comprometido la integridad del sistema democrático, interferido con la transición pacífica del poder y haya hecho peligrar a una rama del gobierno equivalente.

Por el contrario, sostienen, desempeñó en forma admirable su papel de presidente, haciendo en todo momento lo que pensó era lo mejor para el pueblo estadounidense.

No hubo un fraude generalizado en las elecciones, como confirmaron una cantidad de funcionarios electorales de todo el país y el ex secretario de justicia William Barr. Prácticamente todas las demandas radicadas por Trump y sus aliados fueron desestimadas.

Lección de histórica

Un aspecto central es si Trump puede ser juzgado ahora que dejó la presidencia. Sus abogados dicen que el Senado no tiene jurisdicción para intervenir en vista de que Trump ya no ocupa la Casa Blanca.

Muchos senadores republicanos apoyan esa postura y 45 de ellos se pronunciaron formalmente a favor de anular el proceso. Hacen falta dos tercios de los votos en el Senado para condenar a Trump.

Los demócratas sostienen que Trump fue acusado cuando estaba en la Casa Blanca y por lo tanto el juicio es procedente.

(Fuente APNews/Fotos Twitter)