Actualidad de Carlos Fuentes

Mauricio Flores

Serpentean la historia y sus hacedores.

Se abren paso.

No hay camino llano en la búsqueda del bienestar social, la justicia y la libertad.

Tan invisibles como eficaces, cual guerrilleros de la mejor madera, una y otros encuentran cauce y destino.

Si larga fue la lucha de los victoriosos Gustavo Petro y Francia Márquez, presidente y vicepresidenta en Colombia, “un cambio nunca visto en la historia de ese país”, extendido fue también el camino que recorrió nuestro Carlos Fuentes (1928-2012) para la escritura de Aquiles o El guerrillero y el asesino, puesta nuevamente en librerías.

Novela póstuma, publicada en primera ocasión hace ya seis años gracias a la decisión amorosa de Silvia Lemus, y que hacia ese tiempo coincidió con “la que parece ser la última negociación entre la guerrilla y el gobierno colombiano”.

Cierta “hora de la verdad, el fin de las cuentas pendientes”, ahora ratificadas con el triunfo de la izquierda colombiana, siendo su líder el candidato presidencial más votado en la historia de aquel país.

Regalo del destino: volver a esta novela que cuenta una dramática experiencia al recordarnos la biografía del guerrillero colombiano Carlos Pizarro, que no es otra que la búsqueda de la libertad en una región marcada por la violencia y la usurpación de los valores de sus habitantes.

Tema ya advertido en diferentes momentos por el mismo Fuentes, Aquiles… se fue escribiendo a pausas y durante veinte años o más. En una labor íntima, característica de toda obra creativa, aunque siempre con la mirada atenta del novelista al universo inspirador: perennemente traumático y siempre esperanzador.

Es cierto, Aquiles… nos lleva a una región y sus protagonistas. Al nacimiento de una rebeldía encarnada en el pequeño grupo de guerrilleros colombianos (el vulnerable Aquiles, el alegre Diomedes, el dubitativo Cástor, el ensimismado Pelayo), que desde “la emoción de los hechos”; caminaron hacia lo más hondo de su tierra, “larga noche sin relojes”, en busca de su destino.

Pero también al imaginario colectivo en ellos resumido, y vuelto a imaginar por el novelista, espacio abierto a la inclusión de muchas historias más.

“Nuestras noches van a ser largas y mañana quién sabe si sigamos vivos…—visualiza Diomedes— Por lo menos debemos inspirar historias…”.

Anudados por la violencia y el compromiso los guerrilleros renunciarán a la ciudad y a la comodidad de un mundo, de una familia.

Ya en la selva, solitarios y silenciosos, escucharán sus pensamientos y las razones de su decisión. “¿Por qué se fueron a la guerrilla?” —interrogante de múltiples respuestas—. “Los corrieron de la universidad…”, “…sentían el llamado de la selva…”, “las rebeliones estudiantiles de los sesenta, el 68 parisino, las amistades trotskistas y maoístas, la revolución cubana, revolución con pachanga, barbuda, alegre, joven, una mentada de madre a los gringos en su propio patio trasero, y más…”.

Trágica historia

No hace falta recordar el devenir de estas vidas recobradas por Fuentes (Diomedes: “a las ciudades”; Cástor: “al campo”; Pelayo: “esperar”; Aquiles: “atacar”). Menos la de este último (la conocida y trágica historia de Pizarro, Comandante Papito, el carismático líder del M-19 colombiano). Mismo movimiento en el que, de joven, por la década de los 80, militó el futuro Presidente Gustavo Petro.

El destino de un hombre que, como Zapata y Guevara, evocan al novelista el bellísimo Cristo muerto de Mantegna, el pintor del quattrocento italiano. “¿A dónde nos llevan nuestros pies, por qué nos llevan a donde ni nuestra cabeza ni nuestro corazón quieren llevarnos?”.

Obsequiada a los editores por Silvia Lemus (“sólo la alabo en nombre de la perfección que le otorgo, aunque no la tenga, y que ella me ofrece, aunque no la vea”, escribió de ella Fuentes), Aquiles… (cuidado editorial y prólogo de Julio Ortega) cierra el ciclo de obra narrativa nombrada La edad del tiempo, donde únicamente quedó sin escribir Prometeo o el precio de la libertad.

Carlos Fuentes, Aquiles o El guerrillero y el asesino, Alfaguara, México, 2022, 198 pp.

@mauflos