Amor, poder y romances
Dentro de las parejas no todo es perfecto, ya que muchas de ellas han estado marcadas por infidelidades, escándalos o relaciones extramaritales. En este apartado abordaré algunos casos que han sido de los más sonados en la historia, como el matrimonio de la Reina Isabel II y el príncipe Felipe Duque de Edimburgo, a quien se le señala de haber tenido amoríos a lo largo de su matrimonio, por ejemplo, con la escritora Daphne du Maurier, quien trabajaba con el duque
Por: Sebastián Godínez Rivera
Al paso del tiempo, el amor ha dejado huella en las páginas de la historia; este texto, en vísperas del 14 de febrero, nos recuerda que el amor y la política no son tan opuestos como se cree, aunque hay romances, matrimonios e infidelidades que también han quedado ahí como testimonio fiel de su existencia.
El romance más famoso de la historia fue entre Julio César de Roma y la emperatriz Cleopatra de Egipto. Tras el fin de la Guerra de Alejandría, ambos se enamoraron durante un viaje por el Río Nilo y la faraona se trasladó a vivir a Roma. El mundo antiguo sabía del romance entre los dos personajes, sin embargo, no duró mucho porque César fue asesinado y la faraona debió volver a Egipto. Su historia no solo es de amor, sino que se ve como una unión política y de intereses para acrecentar su poder en el mundo antiguo.
Otro romance relevante es el del primer ministro Winston Churchill y su esposa Clementine. Si bien eran un matrimonio tradicional, lo cierto es que la señora Churchill fue una de las grandes protagonistas de la Segunda Guerra Mundial, ya que no solo fue un soporte moral para el Premier sino que junto a mujeres de la aristocracia inglesa buscaba fondos y recorría las zonas afectadas por la guerra. En los libros la Dama de la Guerra y Winston and Clementine se destacan las cartas que se escribían, las formas cariñosas que se decían y lo mucho que se extrañaban por la lejanía de la guerra.
No todas las relaciones son perfectas, el matrimonio Churchill es muestra del amor y el apoyo mutuo en tiempos difíciles. Otro caso similar en el Reino Unido es el de Margaret y Dennis Thatcher, quien siempre respaldó a su esposa y se hizo cargo del hogar cuando ella aspiraba a un escaño en Westminster y luego cuando asumió como Primera Ministra (1979). En la autobiografía, The Downing Street Years, Thatcher menciona que siempre hubo un respaldo y entendimiento entre nosotros, cuando me pidió que me casara con él, yo le expliqué que no quería una vida en el hogar, sino que tuviera un valor.
En una época donde la mujer enfrentaba muchos retos para ascender al poder y difícilmente escalaría a altos cargos, fue Margaret Thatcher quien rompió con esta visión. Por otro lado, su esposo Denis asumió el papel de amo de casa cuando en ese periodo se concebía que la mujer era quien llevaba la administración hogareña. Incluso cuando se le preguntó en una entrevista ¿qué siente que su esposa es Primera Ministra?él respondió mucho orgullo, si fuera la suya ¿no lo sentiría?.
En los primeros casos expuestos vemos que hay una relación de amor-poder en el funcionamiento de la relación. Asimismo, se expresa el respaldo y apoyo como actos de amor dentro de la pareja. Empero, en los siguientes casos la variable amor-poder adquiere otras connotaciones, principalmente en gobiernos que emanan de revoluciones donde la mujer adquiere un poder político como es el caso de Nicaragua o China.
En el lejano oriente, tras el triunfo de la Revolución China de la mano de Mao Tse Tung el país transitó hacia el socialismo y un sistema político autoritario en el cual se buscaba modernizar al país. Más allá de la agenda política, Mao se convirtió en un referente del cambio y fue en 1966 cuando el líder del país inició con la Revolución Cultural con la cual se pretendía acabar con el occidentalismo dentro de China.
El pilar de esta revolución no fue Mao sino su esposa Jiang Qing, mejor conocida como Madame Mao. Ella fue el soporte para la transformación e incluso se caracterizó por su nivel de lealtad a Mao al decir yo soy el perro de Mao, si él dice que ladre yo ladro, si él dice que esté tranquila, lo haré.Su participación en la revolución no solo fue como impulsora del programa político, sino que se le atribuye su participación en dos millones de asesinatos que dejó el cambio cultural.
Como podemos ver, las parejas también son fuente para mantener el poder o poner en práctica programas. Finalmente, el objetivo es mantener el poder dentro de un mismo círculo para evitar su pérdida, como es el caso de Nicaragua bajo el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La Revolución Sandinista derrocó a Anastacio Somoza se realizó con el objetivo de llevar la democracia al país. Ortega y Murillo se conocieron durante la lucha revolucionaria, ella era poetisa y guerrillera mientras que Daniel Ortega encabezó las fuerzas rebeldes. Cuando se constituyó la Junta de Reconstrucción Nacional, Murillo se convirtió en la encargada de la Oficina de Propaganda y ocupó el mismo cargo de 1986-1990 cuando se realizaron las primeras elecciones.
Cuando el sandinismo ganó nuevamente el poder en 2006, Murillo ocupó el mismo cargo de la Oficina de Propaganda, mientras que el país transitaba hacia un autoritarismo debido a que Ortega buscaría la reelección y con ello afianzarse en el poder. Asimismo, ocupaba el cargo de Primera Dama, pero su poder se acrecentó tras las elecciones de 2018 cuando se postuló como vicepresidenta de la república.
La dupla Ortega-Murillo se ha convertido en la fuente del poder político, quizá más allá del amor es la sed de poder para lo que ha servido su matrimonio. El caso nicaragüense es uno de los más controvertidos, tras emanar de una lucha armada que prometía la libertad, se han convertido en una pareja autoritaria que ha impulsado una agenda más dañina que la de Somoza.
Dentro de las parejas no todo es perfecto, ya que muchas de ellas han estado marcadas por infidelidades, escándalos o relaciones extramaritales. En este apartado abordaré algunos casos que han sido de los más sonados en la historia, como el matrimonio de la Reina Isabel II y el príncipe Felipe Duque de Edimburgo, a quien se le señala de haber tenido amoríos a lo largo de su matrimonio, por ejemplo, con la escritora Daphne du Maurier, quien trabajaba con el duque.
Algunas otras fueron la actriz Pat Kirkwood, la prensa inglesa los señaló de tener un romance luego de verlos varias veces juntos; Hèléne Cordet también se suma a la lista, la bailarina fue apoyada para abrir su cabaret y el príncipe Felipe fue padrino de su boda; también aparece Susan Ferguson, prima de la Reina Isabel II, su romance fue confirmado por su esposo al decir mientras yo jugaba polo, ella jugaba con Felipe a otras cosas.Como vemos hasta en los matrimonios más longevos, no todo es felicidad ni fidelidad.
Sebastián Godínez Rivera es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales. Cursó un diplomado en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Fue profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente, es columnista en Latinoamérica21, Politicx y conductor del programa de radio Café, política y algo más.
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